'rozando' el planeta

Unos 100.000 asteroides peligrosos merodean la Tierra

La caída ayer de uno de pequeñas dimensiones sorprendió a los vecinos de Barcelona y Tarragona al iluminar el cielo durante la madrugada

MADRID. Actualizado: Guardar
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Cada día cerca de 50 toneladas de material rocoso procedentes del espacio aterrizan en la superficie de la Tierra. Son pedazos pequeños, estrellas fugaces, pero junto a esas pequeñas rocas existen hasta 100.000 meteoritos y asteroides peligrosos identificados de menos de cien metros y 1.000 de más de un kilómetro. El impacto de uno de ellos contra la corteza terrestre podría causas destrozos importantes, cuando no la extinción de la raza humana.

El último bólido espacial pasó ayer 'rozando' el planeta, a una distancia de 40.000 kilómetros sobre los cielos de Nueva Zelanda. Se trata del asteroide 'RC 2014', de unos 20 metros de diámetro, que solo había sido descubierto siete días antes.

Pero no fue la única visita de la jornada. Según la Red de Investigación de Bólidos y Meteoritos, sobre las 6,56 horas un bólido luminoso sorprendió a los habitantes de las provincias de Barcelona y Tarragona. El fenómeno fue captado por numerosos ciudadanos que colgaron las imágenes en las redes sociales.

Los asteroides son cuerpos rocosos que no se unieron para formar un planeta, y que se van fraccionando a medida que van chocando entre sí. Los meteoritos son restos de colas de cometas y pequeños asteroides.

Mientras unos científicos aseguran que, por el momento, es mínimo el riesgo de que un meteorito choque contra la tierra, otros investigan como podrían interceptarse una trayectoria que amenazara la Tierra o, incluyo, la destrucción de la roca espacial. Los expertos consideran que no hay que «tenerlos miedo», dado que se puede predecir su trayectoria. Otra cosa es cómo hacerle frente con la tecnología actual.

Y es que el sólo impacto directo de un asteroide de unos 80 metros de diámetro contra la Tierra liberaría una energía aproximada de 2,5 megatones y produciría un cráter de un kilómetro, similar al que produjo otra piedra espacial hace 50.000 años en el desierto de Arizona (EE UU). Si se precipitase sobre el mar provocaría un tsunami de grandes dimensiones.