Esperanza Aguirre será juzgada por un delito de desobediencia a la autoridad
La acusación torpedea sus aspiraciones a ser la candidata del PP a la Alcaldía de Madrid en las elecciones municipales de 2015
MADRID.Actualizado:Esperanza Aguirre será juzgada por un delito de desobediencia a la autoridad en el incidente de tráfico que protagonizó el pasado abril en las calles de Madrid con fuga incluida, y no como una falta. Así lo decretó la sección sexta de la Audiencia Provincial de Madrid en la resolución del recurso presentado por la asociación Transparencia y Justicia, que ejerce la acusación popular, contra la decisión del juez encargado del caso, Carlos Valle, quien pretendía despachar el asunto con una multa al considerar que la expresidenta de la Comunidad de Madrid incurrió en una falta.
El recurso, al que se opuso la Fiscalía y la propia expresidenta madrileña y actual líder del PP de Madrid, prosperó y Aguirre será juzgada por un delito de desobediencia a la autoridad penado con entre seis meses y un año de cárcel. Pero más allá de cuál sea la condena, el hecho de que se tenga que sentar en el banquillo de los acusados supone un golpe, quizá definitivo, a sus aspiraciones nunca confesadas en público de ser la candidata de su partido a la Alcaldía de la capital de España en sustitución de Ana Botella.
Aguirre es la dirigente con mejores expectativas electorales de acuerdo a las encuestas que maneja el PP para Madrid. Ella misma ha dicho en alguna ocasión que ser la regidora de los madrileños sería el colofón ideal a su dilatada carrera política, en la que ha sido concejal, diputada autonómica, ministra de Educación, presidenta del Senado y presidenta de la Comunidad de Madrid, cargo que dejó tras ser diagnosticada que sufría un cáncer de mama. En la actualidad es la presidenta del PP de Madrid y una de las pocas voces críticas dentro de su partido con Mariano Rajoy.
Bronquita y denuncia
El suceso tuvo lugar el pasado 3 de abril, cuando la expresidenta autonómica fue multada por estacionar su coche en un carril reservado para autobuses de la Gran Vía madrileña mientras acudía a un cajero automático de un banco. Tras unos minutos de retención por parte de los agentes de movilidad que la multaron por aparcamiento indebido, Aguirre discutió con los funcionarios. «¿Qué pasa? ¿Bronquita y denuncia? Venís a por mí porque soy famosa», reprochó a los agentes. Tras el intercambio verbal, se dirigió a su vehículo para coger la documentación requerida por los funcionarios. Pero en lugar de entregar los papeles solicitados, puso en marcha el vehículo y abandonó el lugar llevándose por delante una de las motos de los agentes.
Una patrulla de la Policía Municipal que observó lo ocurrido persiguió a la expresidenta indicándole que se detuviera mediante las señales luminosas y sonoras pertinentes. Aguirre hizo caso omiso de la orden de los agentes y se dirigió a su domicilio, donde tuvo que ser el guardia civil encargado de custodiar su vivienda el que presentase a los policías municipales la documentación del vehículo perseguido, según reza la denuncia.
El auto de la Audiencia Provincial es severo e indica que, de ser ciertos los hechos que se le imputan a la expresidenta, esta habría ejercido ante los agentes «una oposición tenaz, contumaz y rebelde». Después de haber sido acusada de un delito de desobediencia a la autoridad, Aguirre deberá acudir a declarar al juzgado en los próximos días, junto a los testigos de los hechos.
La presidenta del PP madrileño negó en su cuenta de la red social Twitter que el auto judicial dijera que el incidente de tráfico fuera un delito, a pesar de que el documento indica que su comportamiento debe ser juzgado como tal. También declaró ser «una ciudadana encantada de que el juez escuche la verdad» sobre el incidente.