Voluntarios chiíes demuestran sus habilidades durante su ceremonia de graduación en Kufa. :: REUTERS
MUNDO

El cerco yihadista se rompe

Los islamistas aceleran su guerra psicológica contra Occidente tras varias derrotas militares y el desgaste de los bombardeos de EE UU

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Primero James Foley y, dos semanas después, Steven Sotloff. El Estado Islámico (EI) cumplió su amenaza y difundió un segundo vídeo con la decapitación del reportero estadounidense de 31 años, según pudo verificar la página especializada en yihadismo Site Intel. Un nuevo mensaje directo a Barack Obama en respuesta a los bombardeos selectivos contra sus posiciones en Irak, hasta el momento, pero que el Pentágono está pensando extender a territorio sirio para frenar el avance de un grupo que desde hace tres meses ha unido ambos frentes, sin respetar fronteras, para instaurar el califato.

La decapitación de Sotloff se produce después de jornadas complicadas para las fuerzas del Estado Islámico en Irak, que empiezan a sufrir el desgaste de los bombardeos de Estados Unidos y saben que su ampliación a suelo sirio puede ser cuestión de poco tiempo. El grupo buscaba un golpe de efecto dentro de su guerra psicológica con Occidente y no dudó en emplear una decapitación para conseguirlo. El Ejército de Irak, con el apoyo de milicias chiíes y los peshmerga kurdos, logró romper el cerco sobre la localidad de Amerli, donde desde hace dos meses sobrevivían 18.000 turcomanos chiíes, y penetró en Suleiman Bek, 90 kilómetros al este de Tikrit, otro punto con presencia yihadista desde el levantamiento del EI.

Además de los bombardeos estadounidenses, distintos países como Francia han comenzado a enviar armas a los paramilitares kurdos, una medida criticada por la embajadora de la UE en Irak, la diplomática checa Jana Hybaskova, quien lamentó que «casi la mitad de los Estados miembros de la UE están enviando armas a los kurdos sin ninguna coordinación». En una comparecencia ante la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo Hybaskova avisó de que «no hay garantías» de que estas armas no acaben en manos del propio Estado Islámico.

Limpieza étnica y sectaria

El EI tiene su origen en la franquicia de Al-Qaida que empezó a actuar en Irak tras la invasión de EE UU de 2003, pero desde el inicio de la crisis en Siria extendió sus actividades al país vecino y ahora opera como un grupo independiente del grupo creado por Osama Bin Laden.

Su agenda inmediata pasa por la consolidación del califato y para ello aplica una «campaña sistemática de limpieza étnica» con el objetivo de «eliminar cualquier rastro de los no árabes y musulmanes no sunitas» en su zona de acción, según denuncia Amnistía Internacional en su último informe. El califato cumple tres meses y el organismo internacional ha publicado un estudio de 26 páginas que bajo el título de 'Limpieza étnica a niveles históricos: Las minorías del norte de Irak, objetivo sistemático del EI' recoge testimonios de supervivientes de matanzas del grupo liderado por Bagdadi. La organización asegura tener «pruebas» de que en agosto se produjeron «asesinatos en masa» en la región de Sinjar, donde vive la minoría yazidí.

Chiíes, como cristianos y el resto de confesiones minoritarias presentes en las zonas bajo control del EI sufren la persecución sistemática de los yihadistas que exigen fidelidad al califa e imponen una interpretación muy severa del Islam en la misma línea de la empleada por los talibanes en Afganistán hasta la invasión de Estados Unidos en 2001. Todos estos grupos son apóstatas ante sus ojos. El problema es que el norte de Irak y de Siria, donde descansa este califato, es cuna de un auténtico rompecabezas de religiones. Yazidíes, kakais (considerada la religión original de los kurdos) o shabak, confesiones milenarias preislámicas y poco conocidas convivían con musulmanes (suníes y chiíes), cristianos (asirios y caldeos) y hasta mandeos, religión monoteísta nacida a orillas de los ríos Tigris y Eúfrates que es considerada la única fe gnóstica que sobrevive de la antigüedad, hasta que se izaron las banderas negras del EI.

La ONU trata de documentar los crímenes yihadistas con el trabajo de la misión de investigación enviada por el Consejo de Derechos Humanos a la zona. Mientras Estados Unidos se debate entre expandir o no sus ataques selectivos a Siria, el último informe de la ONU volvió a dibujar un panorama desolador para los civiles y Acnur califica Siria como la «mayor emergencia humanitaria de nuestra era».