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Economia

El turismo engrasa el motor económico de África

El continente bate año tras año récords de visitantes pero debe resolver sus aún deficientes servicios e infraestructuras

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«El turismo de Kenia se encuentra a la altura de las rodillas». El autor de esta cita, pronunciada en marzo pasado, no es ningún gurú apocalíptico con el sector recreativo (que, en el país africano, contribuye al 10% del Producto Interior Bruto). Ni siquiera sus intereses se centran en desestabilizar a esta nación (donde 150.000 empleos dependen de forma directa del turismo). A comienzos de año, el presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, padre de estas palabras, denunciaba solo una realidad a la que se enfrentaba su nación, tras los últimos atentados protagonizados por grupos islamistas en el país. Y la situación, no obstante, parece haber ido a peor.

En abril, poco antes de iniciarse la temporada alta del turismo veraniego, el Ministerio de Asuntos Exteriores británico emitía una alerta en la que desaconsejaba viajar a la ciudad costera keniana de Mombasa y sus alrededores a no ser que fuera «esencial» debido a la «continua amenaza terrorista» de la zona. «El Foreign Office desaconseja todos los viajes a menos que sean esenciales a la isla de Mombasa y en un radio de cinco kilómetros de la costa desde el arroyo Mtwapa en el norte hasta Tiwi en el sur», aseveraba el comunicado. Días después, al menos 60 personas perdían la vida en dos matanzas reivindicadas por la milicia de Al Shabab en la costa keniana. En este sentido, Hassan Omar, senador por Mombasa, advertía entonces de que Kenia se arriesgaba a perder 4,7 millones de dólares tras estos ataques.

La situación anterior es solo un ejemplo de las dificultades a las que se enfrenta el turismo del África subsahariana. La epidemia de ébola que azota a Guinea, Liberia y Sierra Leona es el último obstáculo en el camino y amenaza con afectar a la economía de la región occidental del continente. Los expertos hablan ya de una caída del 2% del PIB.

«El problema del turismo regional es la inestabilidad. Pero no el desequilibrio por un conflicto propiamente dicho, sino la falta de una continuidad que edifique estructuras tanto a medio como a largo plazo», reconoce Shah Mehta, empresario del sector turístico en el Este de África.

Ya a finales del pasado año, un informe del Banco Mundial ('Tourism in Africa: Harnessing Tourism for Improved Growth and Livelihoods') advertía de que los países africanos no serían capaces de competir con otras zonas turísticas del planeta si no planificaban eficazmente e integraban este servicio en sus economías. Por ejemplo, desde 1980 hasta 2000, las visitas a la región de Asia-Pacífico crecieron del 8% al 22%. Durante el mismo período, la cuota de mercado de África para el turismo mundial pasó del 3% al 5%.

Encantos naturales

Para mejorar esta brecha, el documento pedía a los gobiernos africanos y al sector privado trabajar de forma conjunta para hacer frente a obstáculos tales como el acceso a la tierra o la regulación de los visados, así como dinamizar la creación de empleo, especialmente para las mujeres y los jóvenes. «Las montañas de África, la sabana, los ríos... Eventos culturales como la música, la danza y festivales se encuentran muy por encima de los activos naturales de otras regiones», reconoce Iain Christie, uno de los co-autores del informe.

«Con estos atributos naturales, el turismo puede desempeñar un papel muy importante en el desarrollo. Pero, para ello, debe integrarse en la economía y la estructura del gobierno de cada país y ser visto como un beneficio por todos», añade Christie. De lograrse, las ventajas serían evidentes. Por ejemplo, se estima que 3,8 millones de empleos (2,4 millones indirectos) podrían ser creados por la industria del turismo en esta región para 2021. Es cierto que no hay que llevarse solo por el pesimismo. Que se están dando pasos, pero estos parecen más provocados por la evolución internacional del turismo que por las políticas locales.

Por ejemplo, desde 1990 el número de turistas que viajan cada año al África subsahariana ha crecido más de 300% (aunque como queda mencionado anteriormente, la cuota de mercado global continúa siendo baja). En este sentido, 2012, marcaba un máximo histórico de 33,8 millones de turistas que visitaron la región. De igual modo, ese mismo año, los ingresos generados por el turismo ascendieron a más de 36.000 millones de dólares y contribuyeron directamente a cerca de un 2,8% al PIB de la región.

«Uno de los problemas es el deficitario sector de servicios», destaca Godfrey Chirwa, hostelero local. En la actualidad, solo el 10% de las 390.000 plazas hoteleras del África subsahariana cumplen con estándares internacionales. Y Sudáfrica cuenta con la mitad de ellas. La necesidad de incrementar el turismo regional camina de forma paralela al crecimiento económico. En los últimos cinco años, el PIB real creció un promedio del 4,9%, más rápido que el promedio mundial del 3%. Por ello, ya no se trata, tan solo, de safaris y goce de playas paradisíacas. Ahora, el turismo lucha por ser un motor económico regional.