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Anders Fogh Rasmussen. :: REUTERS
MUNDO

La OTAN se planta ante la invasión rusa

La Alianza Atlántica exige a Moscú el cese de las hostilidades y deja la puerta abierta a Kiev para su ingreso en la organización militar

R. C.
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El llamamiento que Ucrania hizo el pasado jueves a la Unión Europea, solicitando ayuda militar «de envergadura» para contrarrestar el despliegue de tropas rusas en las regiones orientales del país, obtuvo ayer respuesta. La OTAN exigió ayer a Moscú que cese sus «acciones militares ilegales» y dé pasos «inmediatos y verificables» para rebajar la tensión, al tiempo que dejó la puerta abierta a que Kiev ingrese en la Alianza, en un claro mensaje de apoyo y solidaridad frente a las hostilidades de Rusia. Los aliados darían la bienvenida a Ucrania si cambia su postura de «no adhesión y afiliación» y cumple todos los requisitos necesarios.

Tras una reunión del Consejo del Atlántico Norte, máximo órgano decoroso de la Alianza, y un encuentro extraordinario de la Comisión OTAN-Ucrania convocado a petición del Gabinete del presidente Petro Poroshenko, el secretario general del organismo multilateral de defensa, Anders Fogh Rasmussen, condenó en nombre de los 28 miembros la «indiferencia de Rusia ante sus obligaciones internacionales». «Urgimos a Moscú a poner fin a su apoyo a los separatistas armados y a dar pasos para solucionar esta crisis», declaró el político danés, tras calificar de «grave escalada» la «agresión militar contra Ucrania».

No obstante, el embajador ucraniano ante la OTAN, Ihor Dolhov, dejó claro que su país no se plantea como «opción» pedir una intervención militar de la Alianza, pero sí armas. En ese sentido, lamentó que ningún aliado se las haya suministrado pese al agravamiento de la situación. El Kremlin negó nuevamente la incursión militar, a la que tildó de «conjetura sin pruebas». Además, el presidente ruso, Vladímir Putin, defendió sin tapujos la contraofensiva «humanitaria» de los rebeldes. «Se trata de hacer retroceder a la artillería ucraniana de las grandes ciudades para que no puedan matar a la gente», afirmó, comparando las acciones coordinadas por Kiev con el bombardeo de Leningrado y otras localidades soviéticas durante la Segunda Guerra Mundial.

Los argumentos de Moscú no convencen a la OTAN, que considera intolerables esos «desmentidos vacíos», porque estiman más que demostrado que «varios destacamentos con armamento pesado han cruzado ilegalmente la frontera con el este y sureste del país». Para corroborar su acusación, la Alianza difundió el jueves imágenes de satélite que demuestran la actividad rusa en territorio ajeno, «bastante más de mil soldados que apoyan y combaten al lado de los rebeldes», a los que suministran «tanques, vehículos blindados, artillería y lanzacohetes».

Para la OTAN, no se trata de una acción aislada, sino que «forma parte de un peligroso patrón de muchos meses para desestabilizar Ucrania como nación soberana», denunció Rasmussen. «Una violación de su integridad territorial que desafía todos los esfuerzos diplomáticos para hallar una solución pacífica», recalcó. Y la situación podría empeorar: «Rusia sigue manteniendo 20.000 soldados listos para combatir en las fronteras ucranianas».

Conflicto de bloques

El Gobierno ucraniano remitió ayer al Parlamento un proyecto de ley para renunciar a su estatus de neutralidad y relanzar el acercamiento a la OTAN iniciado por el expresidente Víktor Yúschenko tras la Revolución Naranja, en 2004. Sin embargo, aunque la Alianza Atlántica decidió en su cumbre de Bucarest en abril de 2008 abrir la puerta a Ucrania, el derrocado Víktor Yanukóvich acuñó en la Constitución el no alineamiento de su país en bloques militares, fuesen occidentales u orientales.

La decisión que en su momento se consideró un gesto conciliador con Moscú, que se sumó al arrendamiento de la base naval de Sebastopol hasta mediados de siglo, y hacia la población prorrusa del este, que se oponía al ingreso en el bloque aliado. La posible adhesión fue uno de los motivos esgrimidos por Putin para justificar la anexión de la península de Crimea.

Rasmussen aseguró que la cumbre que celebrarán el 4 y el 5 de septiembre en Gales (Reino Unido) servirá para acordar medidas concretas de apoyo a Kiev. Entre ellas, la creación de cuatro fondos fiduciarios para actuar en las áreas de logística, mando, control y ciberdefensa.

No son las únicas resoluciones que persiguen dar un impulso moral y estratégico a Kiev. El Directorio Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) anunció ayer el desembolso de 1.057 millones de euros para Ucrania tras completar la primera revisión económica en el marco del programa de rescate financiero aprobado en abril.

Mientras esto sucedía, Polonia denegaba la autorización para sobrevolar su territorio al avión en el que viajaba el ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, a su vuelta de Eslovaquia, donde se encontraba de visita oficial. La aeronave tuvo que regresar a Bratislava. A primera hora de la mañana, el titular de Exteriores polaco, Radoslaw Sikorski, había descrito los combates en Ucrania como «una guerra».

millones de euros entregará a Ucrania el Fondo Monetario Internacional, un desembolso enmarcado en el programa de rescate financiero aprobado por el organismo el pasado mes de abril. De este modo, la ayuda del FMI a Kiev asciende hasta el momento a 3.158 millones de euros.