Recuerdos de tierra y horizontes blancos
Actualizado:Espacios perfectamente reconocibles pero difícilmente imaginables. En El Puerto, la desembocadura del Guadalete estrangulada por la arena, que se come hasta las barcas. En Cádiz, el Campo del Sur, el de siempre, el de ahora, pero sin asfalto, sin casas de colores y sin coches. Un tiempo en el que los paseos sobre la tierra se hacían junto al río y junto al mar. Lo que no cambian son los horizontes, con el Atlántico siempre como alfombra y la luz de la costa gaditana como fondo de un viaje interminable. En El Puerto, el río. En Cádiz, la Catedral. Con marcos diferentes pero viendo pasar la vida con la misma paciencia.