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Darling y Brown dieron ayer una charla contra la independencia de Escocia. :: RUSSELL CHEYNE / REUTERS
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Gordon Brown reaparece para defender el 'no'

El ex primer ministro británico se reconcilia con Darling para contrarrestar el empuje de la campaña independentista

ÍÑIGO GURRUCHAGA CORRESPONSAL
LONDRES.Actualizado:

Las disputas internas en el Partido Laborista escocés son legendarias, pero la de Gordon Brown y Alistar Darling se produjo cuando ocupaban las dos posiciones más importantes del Gobierno británico y se enfrentaban a una extraordinaria crisis económica. Darling reprochó a Brown en sus memorias una conducta personal inaceptable y de creer que la crisis duraría seis meses. John Reid, otro peso pesado del partido, intentó evitar el acceso al Gobierno de Brown hasta el último momento. Jim Murphy recorre el país dando discursos sobre una caja. Douglas Alexander, está llegando. E Ian Davidson afirmó que el referéndum escocés llega porque el laborismo escocés no se ha modernizado. «El Partido Nacional Escocés es lo que tendría que ser el Laborista», dijo.

El resultado depende de la capacidad de una fuerza política desmoralizada para retener a sus votantes en la consulta sobre la independencia. Y miembros del partido explican sin micrófonos que se sienten incómodos en un debate sobre nacionalidad e identidades, porque su vocación política no es esa sino la igualdad social.

«Es un auténtico placer compartir este estrado con Alistar Darling, que con su inteligencia y persistencia ha logrado la difícil tarea de mantener junta la coalición 'Mejor Juntos'», dijo Brown al empezar su discurso en la primera comparecencia de ambos juntos desde que cayeron del Gobierno en las elecciones británicas de 2010. Darling dijo después que la reconciliación es genuina.

Para confirmar que las tradiciones se conservan, un miembro del Partido Laborista en Dundee, Michael Barile, que fue expulsado hace dos años del colegio profesional de enseñantes por actitudes agresivas hacia alumnos y colegas y es un dirigente de la asociación de hinchas del Dundee United, comenzó a gritar a Brown: «Es una vergüenza. Habéis pasado del nuevo laborismo al laborismo azul». Votará 'sí'.

La segunda buena noticia para el laborismo que votará 'no' es que las imágenes de la televisión han mostrado a un votante independentista que ahuyenta a cualquiera que se sienta indeciso. Fue expulsado de la sala y Brown comenzó su discurso. Es la tercera buena noticia para el laborismo y para el 'sí'. Porque nadie como Brown entre los políticos escoceses ha elaborado un discurso sofisticado en favor de la unión que conecta con el sentimiento más socialdemócrata del país.

Dijo que no hay en el programa nacionalista ningún compromiso de aumento de impuestos sobre la renta a los más ricos para pagar todos los servicios públicos que prometen, que quieren rebajar el impuesto sobre sociedades. «Los beneficiarios de una Escocia independiente no son la gente común sino los más ricos directivos de las más provechosas empresas escocesas privatizadas», afirmó.