Gaza y Netanyahu inician su reconstrucción tras una guerra sin vencedores
Los miembros del Programa Mundial de Alimentos de la ONU entran en Gaza con ayuda humanitaria por primera vez en siete años
EL CAIRO.Actualizado:Gaza despertó ayer de la pesadilla de la guerra y con la inmensa tarea ante sí de reconstruir la devastación que 50 días de bombardeos han causado en la Franja. Pero los gazatíes no son los únicos que se han levantado entre ruinas.
La crisis, en la que no parece haber ganador claro, ha asestado un duro golpe a la imagen del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, quien se enfrenta también a una labor de reconstrucción de su credibilidad dentro de su propio gabinete. Mientras, el presidente palestino, Mahmud Abás, no quiere esperar a que el tiempo decida si el alto el fuego alcanzado el martes es permanente u otra simple pausa, y emprendió la misión de crear un Estado palestino.
El alto el fuego se cumplió escrupulosamente ayer, mientras ambas partes hacían recuento de los daños. Por primera vez en siete años, el Programa Mundial de Alimentos de la ONU pudo entrar en Gaza a través del paso fronterizo de Rafah, entre la Franja y Egipto, para distribuir 25.000 paquetes de comida, que servirán para alimentar a 150.000 personas durante cinco días. Uno de los pocos asuntos acordados el martes entre Israel y las facciones palestinas fue la apertura parcial de las fronteras para la entrada de ayuda humanitaria y materiales de construcción, algo que ya se pactó en 2012 tras la Operación Plomo Fundido, pero que nunca llegó a implementarse del todo.
«La guerra empezó con fuego sobre Haifa y terminó con fuego sobre Haifa», proclamó ayer un extático Ismail Haniye, que reapareció en Gaza por primera vez desde que se iniciara el conflicto hace un mes y medio para celebrar ante miles de seguidores la «victoria» de Hamás. Pero los términos del acuerdo, en realidad, hacen pocas concesiones a Hamás y, como señalaba ayer la prensa progresista israelí, el Estado hebreo tampoco parece haber logrado nada salvo el cese de las hostilidades. El conflicto ha causado, además, miles de millones de euros en pérdidas en ambos bandos.
Por su parte, Netanyahu señaló que Israel se había asegurado un «gran logro militar y político» y que Hamás había recibido «un fuerte golpe» y no había conseguido ninguna de sus exigencias.