Soraya Rodríguez y Cayo Lara conversan en el Congreso. :: EFE
ESPAÑA

El PP llevará en septiembre al Congreso la propuesta para que gobierne el alcalde más votado

El grupo popular veta la comparecencia de Rajoy para que detalle la reforma, mientras que la oposición en bloque denuncia un pucherazo

MADRID. Actualizado: Guardar
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El Partido Popular está solo en su intención de que, a partir de las próximas elecciones municipales de mayo, gobierne el alcalde más votado aunque no alcance la mayoría absoluta. La sesión de ayer de la Diputación Permanente del Congreso evidenció el abismo que separa a los populares del resto del grupo en este tema.

Uno tras otro, los portavoces de la oposición exigieron una comparecencia urgente de Mariano Rajoy en la Cámara baja para que detalle su propuesta para reformar la ley electoral y desvele si está dispuesto a aprobarla en solitario por medio de su mayoría en la cámara. Lejos de tender la mano, el PP no sólo tumbó con sus votos la petición de que el presidente ofrezca explicaciones sino que, además, avanzó su determinación de presentar el proyecto a la Comisión Constitucional del Congreso para que se debata la modificación del sistema actual.

Entre las palabras o calificativos más repetidos por la oposición durante el debate de ayer estuvieron pucherazo, degeneración democrática, oportunismo, estrategia trampa, atropello o blindaje del poder. Desde las filas socialistas, la diputada Soraya Rodríguez acusó al Gobierno de impulsar un cambio que sólo pretende resguardar su poder municipal. «Después de las últimas elecciones europeas han hecho cálculo y han visto que perderán muchas de sus mayorías absolutas», afirmó. Por eso, continuó Rodríguez, ahora el PP busca que «allá donde no alcance el 50% de los votos pueda seguir gobernando sólo con un 40%».

Uno de los discursos más duros contra el Ejecutivo lo pronunció el coordinador federal de Izquierda Unida, Cayo Lara. En la misma línea que los socialistas, denunció que al PP le mueven «intereses ocultos» y comparó su propuesta con los pucherazos que a finales del siglo XIX y principios del XX se sucedieron en la España de la Restauración para asegurar la alternancia en el poder de conservadores y liberales. El líder de IU destacó que no serán cómplice de una iniciativa con la que se quiere «robar a los ciudadanos cambiando las reglas del juego» a ocho meses de las municipales.

Ni siquiera Esquerra ve con buenos ojos la reforma del PP, y eso que resultaría uno de los partidos más beneficiados con un cambio que, a priori, le abriría las puertas de un buen número de alcaldías donde ahora no gobierna. Los republicanos se niegan a respaldar a una «insensatez» movida por un «interés coyuntural» y que supone un «pucherazo oportunista».

CiU es la formación que ha mostrado la posición más proclive al diálogo. En cualquier caso, Josep Sánchez Llibre advirtió de que los nacionalistas sólo apoyarán cambios que favorezcan la mejora del actual sistema electoral y no los que se planteen para favorecer al Partido Popular.

Por parte del PP el encargado de defender la propuesta fue el diputado Ramón Gómez de la Serna. Como ya hiciera Rajoy el día anterior, el representante popular criticó que la oposición se cierre en banda al diálogo ante una propuesta que ni siquiera se ha planteado. Y al igual que el jefe del Ejecutivo tampoco desveló si el PP está dispuesto a aprobar la medida en solitario. Gómez de la Serna sí adelantó que no renunciarán a que «gobierne el que ha logrado más votos» y a acabar con los «pactos ocultos del día después de las elecciones».