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Los trabajadores de Fukushima se someten a una revisión radiológica a la salida de las instalaciones en marzo del 2013. :: ISSEI KATO / REUTERS
Sociedad

El aumento de casos de cáncer entre niños de Fukushima alarma a Japón

La tasa multiplica por 15 la media en otras regiones del país, pero los científicos dudan de que exista relación con la catástrofe nuclear

ZIGOR ALDAMA
SHANGHÁI.Actualizado:

La peor pesadilla de Japón podría haber comenzado a hacerse realidad ya: 104 niños y adolescentes han sido diagnosticados o se sospecha que sufren cáncer de tiroides en Fukushima, la localidad cuya central nuclear quedó gravemente dañada por el tsunami tras el seísmo que sacudió la costa noreste del Japón el 11 de marzo de 2011. Extrapolado, ese dato arroja en la zona una concentración de la enfermedad de 30 casos por cada 100.000 habitantes, cifra que aumenta a 35 en las localidades en las que se ordenó la evacuación. Es, sin duda, una estadística muy superior a la media de 1,7 registrada en la prefectura de Miyagi, situada justo al norte de la de Fukushima, y la diferencia se dispara si se tiene en cuenta el conjunto del país, ya que sólo uno o dos niños de entre 10 y 14 años sufre este tipo de cáncer por cada millón de habitantes.

De los 104 casos de Fukushima, 57 han sido ya confirmados con tumores de entre 5 y 41 milímetros -la media está en 14 milímetros-. La mayoría de los pacientes -68- son mujeres, y la edad media de todos ellos era de 14,8 años cuando tembló la tierra y el mar barrió la central nuclear de Tepco, donde los técnicos todavía tratan de controlar la situación. Teniendo en cuenta que de las instalaciones ha estado manando agua radiactiva desde hace tres años, y que en sus reactores se han vivido tres procesos de fusión que han convertido a Fukushima en el mayor desastre nuclear tras Chernóbil, parece lógico asociar ambos hechos.

No obstante, según el diario 'Asahi Shimbun', las autoridades niponas descartan una relación directa y piden que se dejen los juicios de valor hasta septiembre, cuando está previsto que concluya la campaña especial de control en la que se habrán hecho pruebas a unos 370.000 niños y jóvenes. «Mucha gente está siendo diagnosticada de cáncer por la alta precisión de la tecnología utilizada en las pruebas. Son casos que habrían pasado desapercibidos en situaciones normales, ya que los pacientes no sufren ningún tipo de síntoma», explicó Yoshio Hosoi, profesor de biología radiactiva en la Universidad de Tohoku. «Por eso es importante que continuemos haciendo pruebas para determinar el impacto que la exposición a la radiación ha podido tener en los tumores de tiroides».

'Clúster del cáncer'

Norman Kleiman, especialista de la Facultad de Salud Pública Mailman de la Universidad de Columbia, en Nueva York, en declaraciones a 'National Geographic' afirma que «si haces pruebas a tantos niños encontrarás más casos de lo habitual porque, además, estás buscando algo concreto». «En todo caso, la mortalidad del cáncer de tiroides es inferior al 1%, así que, ahora, el mayor problema está en los trastornos mentales».

Lo mismo sucedió tras la catástrofe de la central ucraniana. Tras la explosión de 1986 casi 7.000 niños de Chernóbil sufrieron la enfermedad en una zona que incluso se bautizó como 'el clúster del cáncer'. «También es cierto que allí se comenzó a registrar un aumento del número de casos a partir del cuarto año de la tragedia. Ahí es cuando dijeron, 'oh, tenemos un problema'. Teniendo en cuenta también lo que les ocurrió a los supervivientes de Hiroshima y Nagasaki, es de esperar que los tumores aparezcan sobre todo entre cuatro y seis años después del tsunami», reconoció el propio Kleiman.

Los médicos japoneses coinciden en pedir calma. «De momento, lo mejor que podemos hacer es terminar de recoger los datos y analizarlos con tranquilidad», dijo Hokuto Hoshi, jefe del panel de Salud que analizará los efectos de Fukushima.