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Ferguson, símbolo de la tensión racial
Claves para entender el estallido social en una ciudad de EE UU y de mayoría negra
NUEVA YORK. Actualizado: GuardarLa ciudad de Ferguson (Misuri), con poco más de 20.000 habitantes, se ha convertido en símbolo de la disparidad racial que vive Estados Unidos. Frente a aquellos que creían que el color había dejado de importar en las relaciones de la comunidad, la muerte de Michael Brown por los disparos del agente Darren Wilson cuando iba desarmado ha puesto de manifiesto que las tensiones siguen ahí.
Si se suma la intervención de la policía, éstas aumentan. Hoy es en Ferguson; hace un mes, Nueva York, donde murió un afroamericano mientras era arrestado; y hace dos años, Florida, donde perdió la vida el joven de 17 años Trayvon Martin por los disparos del vigilante George Zimmerman, que fue declarado no culpable por un jurado en 2013.
La última encuesta para The New York Times revela que un 57% de los negros consultados sobre lo ocurrido en Ferguson consideran injustificado el tiroteo frente al 18% de los blancos; estos optan mayoritariamente por el no sabe/no contesta. En general, casi la mitad de los afroamericanos -un 45%- dicen haberse sentido discriminados alguna vez. Un porcentaje que cae hasta el 7% entre la población blanca.
Además, la desconfianza hacia las fuerzas del orden reina entre la población negra de Ferguson. El presidente Barack Obama, el primer inquilino afroamericano de la Casa Blanca, se refería a ese recelo. «En demasiadas comunidades hay un abismo de desconfianza entre los residentes y las fuerzas del orden; demasiados hombres jóvenes de color que se quedan atrás y que son vistos solo como un objeto de temor».
Un informe de la oficina del fiscal de Misuri revela que en 2013, el 93% de los detenidos en Ferguson era de raza negra; como el 86% de los más de 5.000 a los que dieron el alto. Con estas cifras no sorprende que muchos vecinos hayan denunciado el acoso policial que padecen. Algunos incluso compartieron su experiencia con el fiscal general, Eric Holder, que visitó la ciudad el pasado miércoles para seguir el curso de la investigaciones e intentar apaciguar los ánimos en la ciudad.
Durante casi dos semanas, los vecinos se han echado a calle reclamando justicia y respuestas sobre la muerte de Brown. «El hijo de nadie se merece que le traten así», apuntaba la madre, Lucy Spadden, en la cadena CBS. El joven estuvo tendido al menos cuatro horas en plena calle y una de las autopsias -de las tres que se han practicado a petición de la familia- reveló que recibió seis disparos, dos de ellos en la cabeza y cuatro en el brazo.
En la entrevista, Spadden negaba que Michael fuera agresivo. Y es que, una de las versiones narrada por algunos testigos y que encaja con la dada por el agente que disparó a Brown, señala que el joven discutió con el policía antes de que éste abriese fuego. Otros, sin embargo, aseguran que el joven tenía sus brazos en alto. «Era solamente alto, grande y negro», subrayó Spadden, mientras se limpiaba las lágrimas al lado de Michael Brown padre, e insistía en que su hijo «tenía los brazo en alto». Ambos esperan que el agente Wilson sea acusado formalmente por la muerte de Michael.
Doble investigación
Actualmente hay dos investigaciones en curso, una estatal y otra federal, esta última impulsada por el Departamento de Justicia que busca «violaciones de los derechos civiles», según señaló el fiscal general estadounidensen en una visita que también pretendía inspirar confianza entre los ciudadanos, que han cuestionado la labor de las autoridades locales.
El Departamento de Policía de Ferguson apenas dio detalle alguno durante casi una semana de cómo ocurrieron los hechos que rodean la muerte del joven Brown ni de quién disparó. Y el componente racial tampoco se escapa en esta crítica.
El 67% de los residentes en Ferguson son de raza negra, pero su peso en las instituciones no refleja en absoluto esa mayoría. En el ayuntamiento, el alcalde James W. Knowles es blanco; el consejo de la ciudad está formado por seis personas, de las cuales solo una es de color; en el Departamento de Policía únicamente hay tres oficiales negros de los 53 que componen el cuerpo; y en el consejo escolar todos sus miembros son blancos.
Un desequilibrio de fuerzas que ha sido otro de los factores que ha subido el tono de las protestas en esta ciudad de Misuri, junto con la reacción del gobernador del estado, Jay Nixon, a las protestas. El político demócrata ordenó el toque de queda el pasado fin de semana y autorizó el despliegue de la Guardia Nacional, que ya ha vuelto a sus cuarteles.
En este contexto se alzan las voces en San Luis para que los agentes lleven videocámaras corporales que registren sus actividades. Una iniciativa que también se está intentando implantar en Nueva York, que este fin de semana celebra una manifestación por la muerte de Eric Garner a manos de un policía, y que ha abierto el debate sobre la conveniencia de usar estos dispositivos.