Soloist
Actualizado:Lo importante para los seres humanos no es de dónde provienen, sino qué deseos los mueven. Hace ahora unos once años que Matt Coman, concluidos sus estudios en la Guildhall School of Music, llegó a estas tierras en busca de refugio frente al estrés londinense. El paisaje serrano y las playas de Cádiz acabaron enamorándolo. Fue un golpe de suerte para Alcalá y para toda la comarca por extensión.
El Festival Internacional de Música Al-Kalat acaba de celebrar la pasada semana su décima edición. Ya va siendo hora de que tomemos conciencia de la importancia cultural de este acontecimiento que viene sembrando su semilla en un entorno como el nuestro, en el que la música clásica, ni por tradición ni por educación, goza de especial estima. The Soloists of London, el conjunto musical que promueve dicho festival está formado por un grupo de artistas internacionales de amplio currículum y dilatado prestigio que acuden hasta aquí movidos principalmente por amistad, por el calor de la gente y por amor a la música.
Me habla Matt de la curiosidad que el festival despertó el primer año y de la dureza de los que siguieron, una vez pasada la novedad. También recuerda aquellas ediciones que contaron con cinco noches, cuando las ubres públicas andaban a rebosar. Ahora casi todo el peso de la financiación recae sobre los meritorios hombros del Ayuntamiento alcalaíno con la ayuda de una taquilla que, a pesar de todo, consigue mantener unos precios casi simbólicos en cada una de las ediciones.
Si la suspicacia o el desdén hacia sus congéneres han sido dos de los principales obstáculos frente a la voluntad de los hombres de convertirse en seres humanos, sin duda la incapacidad para mostrarse generosos ha ido siempre por delante de aquellos. Matt Coman, por el contrario, llegó hace más de una década dispuesto a compartir con nosotros los sentimientos que sabe expresar no sólo en su forma de hacer música, sino también en su forma de derrochar el esfuerzo impagable de su labor didáctica para con los jóvenes músicos gaditanos, a quienes instruye y brinda oportunidades de promoción tanto en nuestro país como en el extranjero.
Esta sociedad nuestra dominada por intereses espurios necesita de hombres como Matt, Michael Thomas y el conjunto de sus solistas. Esa casta de héroes que, alejados de los grandes focos, se dedican humildemente a abrirnos el mundo a los demás.