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Vista de los guerreros de terracota de Xian. :: ANDREW WONG / REUTERS
Sociedad

El color ronda a los guerreros de Xian

Científicos chinos descubren la composición de la capa que recubre el impresionante conjunto escultórico

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Las figuras de los guerreros de Xian no tenían el aspecto sombrío y gris que hoy se conoce. En su origen las esculturas de terracota estaban pintadas de llamativos colores. El ejército de soldados y caballos que ordenó esculpir el emperador Qin fue todo un alarde cromático que se perdió con el paso del tiempo y el contacto con el aire. Antes de enterrar las estatuas, éstas fueron recubiertas con una especie de laca, sobre la que se aplicaron los pigmentos. El carácter perecedero de esta especie de barniz ha dificultado mucho la conservación del conjunto escultórico. Ahora, un grupo de científicos chinos han descubierto la composición exacta de la sustancia protectora, lo que suscita esperanzas para que los soldados recuperen el colorido de antaño.

Los guerreros de terracota del emperador Qin Shi Huangdi, realizados hace más de veintidós siglos, en torno al año 221 a. C, pero descubiertos hace tan sólo cuatro décadas, constituyen uno los conjuntos escultóricos más impresionantes del mundo. Las 8.000 estatuas fueron mandadas construir por el primer emperador que unificó China, Qin Shi Huan, quien a la corta edad de trece años ordenó la edificación de un mausoleo que albergara la representación de su ejército de soldados con el propósito de garantizar su protección en la otra vida. Para su construcción se emplearon 700.000 esclavos en una obra que se prolongó durante más de 36 años.

En 1974 Yang Zhifa salió junto con sus hermanos al campo un día más para excavar pozos en busca de agua en un año en el que la sequía asolaba la provincia china de Shaanx. Entre la ladera del monte Li y el río Wei, y cerca de Xian, el grupo de campesinos descubrió el primer soldado de terracota. Se habían topado con la tumba del emperador Qin.

En las primeras investigaciones realizadas después del descubrimiento de los guerreros de terracota se comprobó que las estatuas estaban recubiertas con una especie de laca que provenía de los árboles de laca locales, que se utilizó como una película para recubrir la pintura. Sin embargo, hasta ahora se desconocía la composición exacta de la laca que servía como material aglomerante, lo que ha entorpecido la restauración y conservación de los guerreros de Xian. Al ser extraídos las figuras después de su descubrimiento, la capa que recubría a los soldados, sobre la que estaban aplicados vivos y brillantes colores, se secaba y se perdía apenas a las cinco horas de su exposición al aire, debido a un proceso de oxidación. Esta circunstancia obligó a paralizar la excavación de nuevos guerreros.

Desde entonces científicos de todo el mundo han tratado de encontrar una técnica que permitiera mantener los colores originales. Para ello era necesario conocer la composición sobre la que estaba hecha la capa protectora. Un grupo de científicos chinos de la Facultad de Química y Ciencia de los Materiales de la Universidad del Noroeste, en la ciudad china de Xian, liderados por Hongtao Yan y Jingjing Un, han descubierto los ingredientes precisos y las cantidad que integran esta sustancia, algo que resulta crucial para la restauración de los guerreros de Xian. Ambos, junto con Zhou, Yin Xia y Bo Rong, han puesto de manifiesto en un estudio publicado en la revista Chinese Science Bulletin que la capa base sobre la que se aplicó la pintura de estos guardias imperiales estaba compuesta por pigmentos inorgánicos naturales y adhesivos de origen animal. Esta suerte de barniz procede de los huevos de gallina y cola de animales.

La investigación ha resultado muy complicada debido a las pequeñas cantidades de capa aglomerante que se han conservado después de ser excavadas las estatuas. Además, hay que tener en cuenta que los guerreros de terracota estuvieron sumergidos bajo casi seis metros de agua durante más de dos milenios. Para el descubrimiento, los científicos prepararon varios ejemplos de laca, presuponiendo los elementos que podría contener la capa aglomerante. Además recrearon las condiciones a las que estuvieron sometidos los guerreros: enterraron la capa bajo tierra y la dejaron reposar un año. Al cabo de dicho tiempo la extrajeron y la compararon con la laca de los guerreros. Para su análisis ha sido necesario el empleo de una sofisticada tecnología.

En 1984 la Unesco declaró los guerreros de Xian como Patrimonio de la Humanidad por el valor documental de estas esculturas hiperrealistas, en las que no se descuida ningún detalle. Los guerreros de terracota fueron construidos con el tamaño de un hombre real (alrededor de los 1,56 metros). Cada uno de ellos son diferentes, no hay rostro que se repita y los soldados están completamente equipados con uniformes que distinguían su rango.