Un soldado egipcio observa a varios ciudadanos mientras pescan en el Canal de Suez. :: AMEL PAIN / EFE
MUNDO

El-Sisi busca dejar su impronta con una ambiciosa ampliación del Canal de Suez

El proyecto pretende duplicar el número de barcos que atraviesan el estrecho y estará financiado únicamente con dinero egipcio

EL CAIRO. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Desde su construcción hace 145 años, el Canal de Suez, orgullo y monumento al nacionalismo egipcio, es una de las principales vías de ingresos de divisas de un país que hoy, en medio de una profunda crisis económica que le ha llevado al límite, busca desesperadamente nuevas fuentes de inversión. Al igual que Gamal Abdel Nasser tuvo su gran proyecto faraónico, la Gran Presa de Asuán, el hombre en el que muchos egipcios quieren ver a su sucesor, el presidente Abdelfatah el-Sisi, busca en las grandes infraestructuras un estímulo para la debilitada economía egipcia que le permita, además, dejar su impronta y servir a sus propios intereses políticos.

La ambiciosa ampliación del Canal de Suez que el exjefe del ejército anunció recientemente, plantea construir un canal aledaño para duplicar el número de navíos que pueden atravesar la vía, lo que permitirá multiplicar los ingresos que Egipto recibe anualmente con el Canal. En consonancia con el espíritu ultranacionalista que se vive estos días en el país, el proyecto será una obra completamente egipcia, tanto en su financiación como ejecución, ha anunciado el presidente.

Las obras, que ya han comenzado, costarán más de 6.200 millones de euros, de los que la mitad se emplearán en la excavación de los 72 kilómetros de nuevo canal y de los seis nuevos túneles que unirán la península del Sinaí con el territorio continental. Si para el canal original, inaugurado en 1869, decenas de miles de 'fellahs' -campesinos humildes-, cavaron a sol y sombra y obligados por las autoridades los 163 kilómetros que recorren esta vía, para su ampliación serán miles de soldados los que se empleen en la obra. Todo ello porque el ejército, el mayor empresario de Egipto, se encargará de las tareas de excavación -a las que ya se dedican dos batallones-, y supervisará al resto de empresas que participarán en estas labores.

El nuevo canal forma parte del megaproyecto de Desarrollo del Canal de Suez, que prevé la creación de nuevos puertos y de una zona de 79.000 kilómetros cuadrados en sus orillas para la construcción de nuevas zonas industriales y económicas. Aunque en realidad no se trata de un proyecto nuevo. Fue propuesto durante los tiempos de Hosni Mubarak -aunque fue descartado por su alto precio- y retomado durante la presidencia del islamista Mohamed Mursi.

Entonces fue muy criticado por los medios de comunicación, que acusaron a los Hermanos Musulmanes de intentar «vender el Canal de Suez» a países extranjeros. El-Sisi ha vuelto a rescatar un viejo plan dándole un giro nacionalista a la ampliación.

Cuando, en 1969, Ferdinand de Lesseps convenció al pachá Mehmet Said para que le permitiera construir un canal que uniera el Mediterráneo con el mar Rojo, y así acortar en tiempo y dinero la ruta marítima entre Asia y Europa, las obras duraron una década. Sin embargo, en esta ocasión El-Sisi ha anunciado que la construcción del nuevo canal adyacente estará acabado en tan solo un año, un ambicioso plazo que muchos analistas consideran que es imposible de cumplir.

Hasta el momento, los buques sólo pueden navegar en una dirección a la vez. El canal no es lo suficientemente ancho como para que dos navíos se crucen al mismo tiempo, por lo que los barcos, que salen en convoyes desde el norte o desde el sur, deben esperar en el Gran Lago Amargo, a mitad de camino, o en la derivación de El Ballah a que pase el convoy de turno para poder continuar, lo que ralentiza la navegación.

En la actualidad pueden atravesar el Canal de Suez unos 49 navíos al día, y se espera que con el nuevo canal proyectado en esta ampliación, gracias a la cual se permitirá la navegación ininterrumpida en ambos sentidos, sean 96 los buques que crucen diariamente. Un aumento de navegabilidad de barcos que, además, también incrementará los ingresos percibidos de los 3.700 millones de euros al año que recibe ahora a los casi 10.000 millones en el año 2023. «El proyecto situará a Egipto al frente del comercio internacional en pocos años», ha dicho, en declaraciones a la televisión, el director de la Autoridad del Canal de Suez.

«Pagaréis pase lo que pase»

El-Sisi ha descartado que bancos extranjeros puedan financiar un proyecto que quiere que permanezca en manos egipcias desde el principio hasta el final. Por ello, los más de 6.000 millones de euros que se requieren para llevar a cabo esta ampliación del Canal de Suez se recaudarán a través de deuda pública y de certificados de inversión, que sólo nacionales egipcios podrán comprar, con una duración de cinco años y un interés del 12%.

Desde que fuera elegido, el mandatario ha intentado implicar a los egipcios personalmente en la financiación del desarrollo del país con proyectos como el controvertido fondo 'Tahia Masr' -Viva Egipto-, para el que algunos ciudadanos están donando parte de su sueldo. Y el nuevo Canal de Suez no se ha convertido en una excepción. «Pagaréis pase lo que pase, porque Egipto os ha dado mucho más», ha exhortado El-Sisi.