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Miembros del Ejército ucraniano registran a dos sospechosos de haber cruzado la frontera de manera ilegal. :: ALEXANDER KHUDOTEPLY / AFP
MUNDO

Diálogo de sordos entre Moscú y Kiev por la ayuda humanitaria

El convoy está parado en la frontera a la espera de ser revisado por la Cruz Roja en un ambiente de crispación propiciado por el cruce de acusaciones

B. KLIMENKO
KIEV.Actualizado:

El convoy ruso con ayuda humanitaria llegó ayer a la frontera con Ucrania , donde deberá ser revisado por los funcionarios de aduanas ucranianos y la Cruz Roja, un arduo proceso que amenaza con crispar todavía más la delicada situación que se vive en la zona. Después de tres días de travesía desde Moscú, la columna con los 262 camiones pintados de blanco paró en seco en el paso fronterizo ruso de Donetsk, donde los periodistas pudieron ojear libremente el cargamento de alimentos, sacos de dormir y generadores eléctricos. A escasos metros se encuentra el puesto ucraniano de Izvárino, en manos de los separatistas prorrusos y el punto más probable por el que penetrará el convoy humanitario.

La Guardia Fronteriza y el Servicio de Aduanas de Ucrania recibieron ayer autorización para cruzar la frontera rusa y desplazarse a la zona de estacionamiento de los camiones. Antes, la Cruz Roja deberá certificar que se trata de un cargamento humanitario, por lo que exigió a las autoridades rusas una lista detallada de su contenido, una información que anoche todavía no había sido facilitada.

La pesadilla del convoy ruso no tiene fin. Moscú expresó ayer su «profunda inquietud por los intentos de poner nuevos obstáculos» en el camino de la ayuda humanitaria rusa y criticó las que considera «inventadas exigencias logísticas» planteadas por parte ucraniana. Según el Ministerio de Exteriores ruso, a estos «palos en las ruedas» se sumaría «la intensificación de las acciones militares ucranianas con el evidente objetivo de cortar el acordado itinerario de la columna humanitaria desde la frontera hasta Lugansk».

Entrada de blindados

El diálogo de sordos entre Moscú y Kiev sobre la entrega de la ayuda humanitaria para la población de la zona de conflicto no ha hecho sino contribuir a exacerbar los ánimos a ambos lados de la frontera. La Guardia Fronteriza ucraniana denunció ayer que varias de sus guarniciones habían sufrido ataques con artillería por parte de las milicias rebeldes tanto en Donetsk como en Lugansk, a lo que poco después se sumaban informaciones confusas sobre la supuesta entrada de una columna de blindados rusos en la región de Lugansk, en cuya frontera se encontrarían ya concentradas decenas de miles de tropas rusas, según las cancillerías occidentales.

«La inteligencia militar ha confirmado que una columna de transportes blindados y camiones cruzó la frontera por el paso Izvárino, cerrado temporalmente, y entró en el territorio de nuestro Estado», declaró el portavoz del mando de las fuerzas ucranianas que actúan en el este del país, Alexéi Dmitrashovski. Una información desmentida horas después por el Kremlin, que aseguraba que «no existe una columna militar rusa que haya cruzado la frontera ni por la noche ni por el día. El informe ucraniano es una especie de fantasía», precisaba el Ministerio ruso de Defensa en un comunicado. Pese a este último altercado, ambos gobiernos confirmaron ayer que se mantienen los contactos al más alto nivel entre ambos países.