España avisa a la UE de que la inmigración ilegal no cesará con acciones puntuales
García-Margallo recuerda en Bruselas que la presión en la frontera sur de Europa persistirá hasta que se cree riqueza en los países de origen
Actualizado:El problema de la inmigración ilegal en las fronteras del sur de Europa no se solucionará si Bruselas se limita a desembolsar una lluvia de millones cada vez que sucede una crisis puntual como la que esta semana llevó a más de mil inmigrantes a cruzar el Estrecho en barcas de juguete. Este es el mensaje que ayer trasladó en la capital belga el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, a sus homólogos comunitarios.
El jefe de la diplomacia española reveló además que España no ha pedido apoyo económico a la UE para afrontar la oleada de pateras que el lunes y el martes llegaron a las costas gaditanas. Ello a pesar de que los servicios públicos de acogida se han visto desbordados y se han tenido que recurrir a varias ONG para que reciban en sus centros a decenas de inmigrantes.
En el periodo presupuestario 2007-2013, España recibió 485 millones de euros de los fondos comunitarios reservados para este área. A esa cantidad se añaden otros 257 millones del fondo de asilo, migración e integración y 249 millones del fondo de seguridad interna, presupuestados para 2014-2020. A pesar de ese desembolso de fondos comunitarios, Margallo insistió ayer en la petición que el jueves lanzó el presidente Mariano Rajoy para que Europa ponga en práctica una política «clara, entendible y contundente» para solucionar este problema. El ministro de Exteriores recordó las propuestas que ya presentó meses atrás a la Comisión Europea el Grupo del Mediterráneo. Este foro, formado por España, Portugal, Francia, Italia, Grecia, Malta y Chipre, se conformó en 2013 por iniciativa de Madrid con el fin de formar un bloque de presión frente a los socios del norte de Europa, que, por su situación geográfica, sitúan la inmigración ilegal como un tema secundario en su agenda de preocupaciones.
En una declaración aprobada en Alicante el pasado abril, el Grupo del Mediterráneo recordó a Bruselas que la presión migratoria en el Mediterráneo, lejos de disminuir, está aumentando debido a la situación de inestabilidad y pobreza en los países de origen. Ante esta realidad, los seis países del sur reclaman la solidaridad de sus socios comunitarios. Consideran que esta es imprescindible para mantener y mejorar los controles fronterizos y las operaciones de salvamento y rescate en el mar.
A modo más concreto, el grupo pide, entre otras acciones, que los 28 sufraguen la instauración de controles fronterizos en los países africanos para frenar la inmigración en origen, que se incremente la ayuda al desarrollo a los países más pobres del continente con el fin de que puedan sostener a su población o promover acuerdos con los países emisores de inmigrantes que permitan la ágil repatriación de aquellos que entren de forma ilegal en territorio europeo. Todas estas peticiones están siendo estudiadas desde abril por las autoridades comunitarias sin que se haya dado aún ningún paso concreto que permita vislumbrar la instauración de una política común de inmigración que haga frente a la actual crisis.
España no fue el único socio comunitario que hoy reclamó la Unión Europea adopte nuevas medidas contra la inmigración ilegal. El ministro del Interior italiano, Angelino Alfano, recordó que la responsabilidad de la frontera del mar Mediterráneo debe ser europea». «Los inmigrantes no quieren venir a Italia, sino a Europa; por lo tanto es la Unión Europea la que debe prestar ayuda», apuntó. La Armada italiana ha rescatado en aguas del Mediterráneo a más 70.000 personas desde el pasado octubre.
Jornada de calma
A lo largo de la jornada de ayer se mantuvo la tranquilidad en el Estrecho de Gibraltar. Tras las avalanchas del lunes y el martes, el regreso de las patrullas de la Marina Real Marroquí el miércoles frenó en seco la salida de las pateras desde la costa del país vecino. Por tercer día consecutivo no se registró ninguna intervención de rescate de Salvamento Marítimo.
En Ceuta y Melilla también reinó la calma. La segunda de estas ciudades no vivió ningún intento de salto por primera vez en cuatro días.