El convoy está formado por 262 camiones, parado ayer a 400 kilómetros de Moscú. :: VLADIMIR BARYSHEV / AFP
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El convoy de la discordia

Moscú y Kiev ponen fin a la polémica por los camiones de ayuda enviados para al este de Ucrania al acordar que la OSCE revise la carga

KIEV. Actualizado: Guardar
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Ucrania y Rusia pusieron fin al tira y afloja mantenido en los últimos días sobre el convoy ruso con ayuda humanitaria para la zona de conflicto en el este ucraniano al acordar ayer que el cargamento será revisado en la frontera por la OSCE y distribuido por la Cruz Roja. «La misión circulará por territorio bajo control rebelde y, tras su llegada a Lugansk, la distribución de la ayuda entre la población civil correrá a cargo de la Cruz Roja», aseguró el portavoz de la Presidencia ucraniana, Sviatoslav Tsegolko, en rueda de prensa.

La decisión fue tomada ayer por el presidente, Petro Poroshenko, quien abordó el asunto con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon. No obstante, la desconfianza entre ambas partes no ha desaparecido e incluso Tsegolko no descartó que el convoy ruso sea utilizado como excusa para una provocación rebelde o una intervención rusa con el pretexto de socorrer a la población civil. Durante toda la jornada de ayer se sucedieron en Kiev declaraciones sobre que los camiones rusos pintados de blanco son una treta y que en su interior trasladaban a centenares de efectivos de las fuerzas especial rusas.

Al respecto, la OTAN advirtió de que cualquier misión humanitaria rusa que no reciba la luz verde de Ucrania y no esté bajo el control de una organización internacional sería considerada «una ataque a la soberanía ucraniana». Poco importa que la Cancillería rusa tachara de «absurdas» las acusaciones de que el convoy «es un pretexto para una invasión del país vecino». El Gobierno de Moscú aseguró ayer que ha accedido a todas las condiciones planteadas por el de Kiev, desde el itinerario al hecho de que sean los ucranianos los que escolten el convoy, e insistieron en que cederán el cargamento a la Cruz Roja una vez llegue a la frontera. El convoy, compuesto por un total de 262 camiones, «sigue su recorrido por el territorio de la Federación Rusa. Todo transcurre en colaboración y bajo la égida de la Cruz Roja», insistía ayer el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov. Lo que no aceptó Rusia es que la ayuda fuera descargada y luego transportada por camiones ucranianos con destino a Lugansk, ciudad cercada por las fuerzas gubernamentales que lleva casi dos semanas sin agua, luz, gas o telefonía móvil, y donde aún permanecen muchos niños, ancianos y enfermos.

«Provocación inadmisible»

Finalmente, y en un intento de agilizar su distribución, la ayuda humanitaria no entrará en territorio ucraniano por la región de Járkov, como se preveía en un primer momento, sino que «pasará por el punto de paso más cercano a esa ciudad ucraniana», Lugansk. «Nuestros guardias fronterizos, funcionarios de aduanas y los representantes de la OSCE podrán registrar ese cargamento en la frontera ruso-ucraniana», precisó Tsegolko. El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, había anunciado el martes un acuerdo con Kiev para la entrada de los camiones rusos de la mano de la Cruz Roja en territorio ucraniano por un punto fronterizo bajo control de las fuerzas gubernamentales, en Járkov, pero el ministro de Interior ucraniano, Arsén Avákov, aseguraba ayer que «a ningún convoy humanitario de Putin se le permitirá el paso a través de la región de Járkov».

«La provocación del cínico agresor es inadmisible en nuestro territorio. Esto es oficial», escribió Avákov en su Facebook. Ya en un tono más comedido, el primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk, dijo en una reunión de su Gobierno que Ucrania «puede recibir ayuda humanitaria sólo en el marco del derecho internacional y de la Cruz Roja».

El coordinador de la Cruz Roja para las relaciones públicas, André Lersch, declaró que la organización sigue sin conocer el contenido exacto de la carga enviada por Rusia y el procedimiento por el cuál podría entrar la ayuda en territorio ucraniano. «Hay muchas cuestiones técnicas pendientes de resolver. Hemos recibido una descripción general del convoy, pero necesitamos información más precisa sobre lo que llevan esos camiones», dijo.