Imágenes de más de mil palabras
Una exposición recoge fotografías y objetos de los protagonistas del Romanticismo y la Generación del 14
Actualizado: GuardarLa fotografía como espejo del pasado, como consuelo ante la desconsideración del olvido. Así lo reinvindicaba Publio López Mondéjar en su obra 'La fotografía como fuente de la memoria'. Probablemente por eso el fotógrafo, periodista y académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando haya decidido dirigir la exposición 'El rostro de las letras', una exploración y reivindicación del retrato español desde los días del daguerrotipo y el calotipo usados a inicios del siglo XIX hasta el desarrollo de la prensa ilustrada y el mundo de los reporteros gráficos a inicios del XX. La exposición, que alojará la madrileña sala Alcalá 31 desde el 24 de septiembre hasta el 11 enero de 2015, ha sido organizada por la Comunidad de Madrid, Acción Cultural Española (AC/E) y la Real Academia Española, que cumple ya más de tres siglos limpiando, fijando y dando esplendor.
Como decía Pío Baroja, la novela es «un saco en el que cabe todo». Y lo mismo ocurre, según López Mondéjar, con la fotografía, «un lenguaje tan próximo a la literatura». Así, la exposición 'El rostro de las letras' aunará más de 250 piezas que recogen representaciones de escritores y fotógrafos en España, desde el Romanticismo hasta la Generación del 14, además de objetos, registros sonoros o filmaciones cinematográficas.
Así, se puede ver, entre otros, a algunos de los principales escritores españoles retratados en estudios, sus casas, sólos, con sus familias y otros animales... como Pardo Bazán, en un retrato de 1916 junto a un gato atigrado; a Pío Baroja en 1930, trajeado y con una boina calada mientras lee acomodado en un sillón; a un Valle Inclán -y su característica barba- que posa con expresión plácida con un libro bajo su mano derecha; o a Unamuno -en una de las imágenes más íntimas de la exposición- cómodamente recostado en una cama en su casa de Salamanca y -cómo no- leyendo. Incluso se incluye una imagen de Rosalía de Castro en familia, con sus cinco hijos y su marido Manuel Murguía en el jardín de su casa de Padrón (La Coruña) a finales del siglo XIX.
También se recogen imágenes de científicos como Ramón y Cajal posando mientras el escultor Agustín Querol cincela un busto con una expresión idéntica a la del médico navarro; o a cuatro miembros de 'La Iberia', periódico del siglo XIX impulsor de la figura de Espartero y la revolución de 1868 -La Gloriosa-, que supuso el destronamiento de Isabel II y el inicio del Sexenio Democrático. En ella, Pedro Calvo Asensio, Francisco Montemar, Ángel Fernández de los Ríos y Práxedes M. Sagasta, aparecen serios y erguidos, con poses casuales y postineras y los bigotes tupidos y puntiagudos que se llevaban en la época.
Además, la muestra exhibe -en cinco ambientes salpicados de citas y frases de los literatos- colecciones de postales, folletos, ediciones de novelas populares, efigies de los escritores, ejemplares de revistas ilustradas de la época, panorámicas de Madrid, y fotografías de cafés -centros neurálgicos de la literatura española- y otros lugares de reunión de los literatos, así como una selección de registros sonoros y numerosas filmaciones cinematográficas de la época.
Todo impregnado de estos exponentes de la literatura española, presentes en retratos. Porque el retrato, explica López Mondéjar, «es el exponente de la idea de la fotografía como registro de la verdad». De hecho, el retrato fue la aplicación inmediata que se pensó para la fotografía cuando esta nació en París de manos de Niépce y Daguerre. El verdadero espejo de la memoria, se la definió entonces.