Internet no cubre todo el cuerpo
Un reciente informe pone de manifiesto que un tercio de estos 'gadgets' dejan de utilizarse seis meses después de la compra La tecnología 'vestible' aún no da con la tecla que le lleve a ser una moda de masas
MADRID. Actualizado: GuardarEn el mundial de constructores móviles hay una expectación innegable por que Apple, uno de los líderes indiscutibles del gremio, concrete el lanzamiento de su reloj inteligente. Algo que finalmente parece que ocurrirá, si no hay contratiempos en su producción, a finales de este mismo curso. Muchos auguran que el 'gadget' de la factoría Cupertino, del que se lleva hablando dos largos años, ayudará a sentar las bases para que la tecnología 'vestible' inicie decididamente el camino para convertirse en una moda de masas, tras la entrada de Android Wear, una versión para este tipo de dispositivos del sistema operativo móvil más utilizado del mundo.
«No parece que aún se haya dado con la tecla para convertirse en algo masivo», opina Jorge Lang, director de innovación de Intel para Europa del Sur. «Ahora mismo no hay aún casi ningún producto que sirva, por así decirlo, para todo y la mayoría se reparte en mercados verticales, como el deporte o la salud personal», añade. Para subirse a este tren, el fabricante de chips pondrá en juego 'Edison', un PC del tamaño de una tarjeta microSD. «Los 'wearables' serán una gran puerta de entrada para el Internet de las Cosas. Serán la llave para que los usuarios puedan interactuar, por ejemplo, con un edificio conectado en lugar de ver simples muros», augura Lang.
Lo cierto es que muchos confían que estos productos den forma a la próxima gran revolución tras el 'tsunami' de los 'smartphones'. Solo falta echar un vistazo a previsiones como las de Juniper Research, que calcula que en 2018 se colocarán 130 millones de estos accesorios. Sin embargo, el presente parece plantear algunas dudas para el sector. No en vano, la firma Forrester predice que al menos ocho de cada diez productos de esta primera generación de 'vestibles' fracasarán.
Según otro estudio, llevado a cabo por Endeavour Partners, uno de cada tres consumidores de EE UU se ha olvidado de estos complementos tecnológicos medio año después de la compra. Uno de los motivos que señala la encuesta es que no se termina de asociarlo a una utilidad concreta y por ello no responden a las expectativas cuando lo adquieron. En el caso del análisis de CCS Insight, la cifra de personas que guardan estos aparatos en el cajón al poco de adquirirlos se eleva hasta al 40%. «Todos hemos debatido mucho sobre esos informes», cuenta Sridhar Iyengar, cofundador de la firma californiana Misfit Wearables. «Creo que trabajar el diseño y los materiales es fundamental a la hora de mejorar estos registros. Hay que crear realmente algo que encaje en el día a día de las personas», concluye.
«Además de que el público objetivo es aún reducido, tanto a un eventual iWatch como a otros les faltan varias generaciones para saber si se convertirán en dispositivos de uso masivo», augura Jesús Gorriti, director del estudio Fjord en Madrid. «El dispositivo por sí mismo no tiene la capacidad de cambiar comportamientos. Si llevabas una vida saludable, es una forma de validar y visualizar esta 'inversión' que haces en el cuidado de tu cuerpo. Si no la llevas, es como apuntarte al gimnasio y no ir», agrega. Este experto asegura que «el gran salto» se producirá cuando todos estos sensores tengan la capacidad «para cargar su batería con el propio movimiento corporal».
Las gafas de realidad aumentada de Google han sido las grandes protagonistas de esta nueva familia de máquinas, a pesar de que en la última conferencia I/O organizada por el buscador no aparecieron en ninguno de los principales actos. «Yo creo que el día de mañana revolucionarán la manera de interactuar con nuestro entorno», responde contundentemente al ser preguntado por el asunto Chris Dancy, un estadounidense que se ha ganado el apodo de 'El hombre más conectado del mundo' tras llegar a utilizar 700 herramientas distintas para monitorizar sus constantes vitales y todo lo que rodea a su día a día.
Dancy, que participará en varias conferencias en España este mismo año, explica que el móvil «es el 'wearable' más efectivo» gracias a chips para la captura del movimiento, como el m7 que Apple incorporó al iPhone en 2013. «El problema es que muchas personas no tienen acceso a lo que su teléfono mide sobre ellos», agrega. «Creo que a día de hoy, lo más fácil de usar son las bandas y los medidores de actividad si sabes ponerte un objetivo».