«Cumpliremos de forma holgada la creación de 600.000 empleos en dos años»
Destaca el «mayor impulso» del PIB y no ve problemas en mejorar los salarios en los sectores con «más productividad» Fernando Jiménez Latorre Secretario de Estado de Economía y Apoyo a la Empresa
Actualizado:Fernando Jiménez Latorre ha vivido momentos críticos como secretario de Estado de Economía, desde la nacionalización de Bankia hasta la petición del rescate para el saneamiento financiero. Aficionado al 'kitesurf', resume aquellos momentos diciendo que tenían «el viento en contra». Ahora, cuando los datos empiezan a consolidar una incipiente recuperación, cree que «se ha capeado el temporal».
-Han revisado los datos de crecimiento. ¿Hay margen de mejora?
-Todos los indicadores son muy positivos. El crecimiento en el segundo trimestre del 0,6% indica mayor impulso del previsto. La estimación es que estaremos próximos al 1,5% este año y al 2% para el próximo.
-¿Cree que los salarios deben subir ya para reactivar el consumo?
-La moderación retributiva es necesaria para ganar competitividad, generar empleo y mantener el impulso de recuperación. Eso no quita para que, en determinados sectores o empresas con mayor productividad, no pueda haber una evolución distinta de los salarios.
-¿Cuántos empleos se pueden crear este año y el que viene?
-El programa de estabilidad hablaba de 600.000 nuevos empleos netos en dos años y creemos que se puede cumplir de forma holgada. De hecho, prevemos terminar la legislatura con un número de parados inferior al que había al inicio.
-La desigualdad ha crecido con la crisis. ¿Van a incluir en los próximos presupuestos una renta mínima para hogares sin ingresos?
-La mejor política de igualdad es el empleo. Se están estudiando distintas alternativas. Hay sensibilidad a las cuestiones sociales, pero hay que conseguir los equilibrios adecuados. Tenemos un nivel de déficit excesivo. Y no es fácil compaginar la contención del gasto con la atención de todas las necesidades.
-Los precios han vuelto a tasas negativas. ¿Hay riesgo de deflación?
-El dato de inflación se explica por los elementos más volátiles: alimentación no elaborada, energía, electricidad... En agosto habrá también un efecto escalón, pero a partir de septiembre se recuperará. Es inconsistente que se mantenga en el tiempo esta tasa negativa con una demanda fuerte. Si no acabamos el año en el 0,5%, será una tasa ligeramente inferior, si bien siempre positiva.
-La Autoridad Fiscal ha advertido de que ve casi imposible lograr el objetivo de deuda en 2020.
-Ese es un plazo muy largo y quedan etapas. Antes tenemos el reto de 2015, que no es menor. Para 2020 ya se irá viendo, pero no soy tan pesimista como la Autoridad Fiscal.
-¿El Gobierno podía haber retrasado la venta de las cajas nacionalizadas para lograr mayores ingresos y no perder tanto dinero?
-Depende de cada situación. NovacaixaGalicia y CatalunyaCaixa eran entidades en liquidación y tenían un plazo para ser vendidas. En ambas, los activos se deterioran más cuanto más tiempo pasa. Además, el proceso de reestructuración no se debe analizar sólo en términos de cuánto apoyo público se ha dado y cuánto se puede recuperar. Sin la recapitalización del sistema financiero no se hubiera producido la recuperación económica ni tampoco la creación de empleo.
-¿Debería haber alguna decisión judicial ejemplarizante respecto a las irregularidades cometidas por exdirectivos de cajas rescatadas?
-Creo que las decisiones judiciales que se tomen pondrán en evidencia que quien comete una irregularidad la paga. Eso es lo correcto. Además, el Gobierno tomó varias iniciativas porque es algo que no se quiere pasar por alto y se está haciendo un análisis a fondo para que la gestión negligente y, por supuesto, las irregularidades se sancionen de manera adecuada.
-Con la adjudicación de Catalunya Banc, ¿se ha cerrado el mapa bancario en España o puede haber más fusiones?
-La reestructuración ha sido muy significativa. Ahora la banca está en una situación sólida para hacer frente a las pruebas de resistencia del BCE. Pero en toda industria, los procesos de reestructuración o consolidación son constantes. No preveo grandes movimientos, aunque tampoco se puede decir que se acabó ya. En todo caso, no será defensivo, es decir, que si lo hubiera no sería para intentar resolver los problemas de una entidad en concreto.
-¿Cree que los bancos deberían acudir a las subastas del BCE por el máximo importe que tienen derecho para luego dar más créditos?
-El BCE ha hecho una subasta más vinculada a la concesión de crédito a la pequeña empresa. Por eso, en esta ocasión no va a tener el estigma de la anterior. Los bancos deberían hacer un recurso importante de esa fuente de liquidez y eso se traducirá en condiciones más atractivas de financiación para las pequeñas empresas y, a su vez, en mejora de las perspectivas económicas.
-Tras el escándalo Gowex, el caso Pescanova o las preferentes, ¿pueden los inversores sentirse seguros con la supervisión de la CNMV o con las auditoras?
-El caso de Gowex ha sido muy particular. Los fraudes y falsificaciones, lamentablemente, se producen. Lo que hay que hacer es reforzar los sistemas de supervisión y control para que sea más difícil que eso ocurra. Por eso, a la vuelta del verano se aprobarán nuevos controles y exigencias de transparencia para recuperar la confianza en este mercado.
-¿Han decidido ya si van a vender un nuevo paquete de Bankia?
-Como en Bankia no hay un plazo límite de venta, vamos a continuar aumentando el valor. Creo que se está haciendo un trabajo extraordinario en la gestión. A partir de ahí vamos a ir viendo cuál es el mejor momento. La enajenación del 7,5% fue una buena señal. Se vendió en 1,51 euros; ahora está por debajo. La idea es que eso sea un suelo, de manera que siempre se venda por valores por encima de esa enajenación. Hay tiempo y recorrido de mejora.
-¿Antes de final de año?
-Es difícil descartarlo, pero veremos cómo evolucionan los mercados.
-¿Qué lamentará no haber hecho cuando se marche en otoño al FMI, que será su nuevo destino?
-Hemos estado bajo una fortísima presión y se ha actuado de la manera más fría posible para tomar las decisiones racionalmente más adecuadas, como indican los resultados. No ha habido ningún error por el que haya que lamentarse. Lo que sí lamento es que me haya tocado vivir un momento tan difícil, aunque profesionalmente ha sido apasionante. Creo que se ha capeado el temporal de la mejor forma posible, pero todavía nos queda recorrido.