El polémico aforamiento del rey Juan Carlos, una idea personal
MADRIDActualizado:Fue el último día de trabajo del jefe del Ejecutivo antes de partir de veraneo y lo convirtió en el día para sacar pecho. Mariano Rajoy se mostró satisfecho y orgulloso con muchas cosas y, entre ellas, con el modo en el que el pasado mes de junio se produjo el siempre temido relevo al frente de la Jefatura del Estado; sin protestas de calado a favor de la república, en contra de lo que probablemente se pensó en un primer momento, y con «una normalidad institucional casi desconocidas en nuestra historia».
En realidad, no se arrogó el mérito. Lo atribuyó tanto a la «experiencia y generosidad» de don Juan Carlos como a «la formación y prudencia» de don Felipe, pero también al funcionamiento coordinado de todas las instituciones y a «un comporatamiento leal y responsable -dijo-del conjunto de la sociedad española». Aunque también el Gobierno tuvo su papel. Le correspondió redactar el decreto de abdicación que en apenas cincuenta palabras dio paso a la sucesión automática del Monarca.Y algo más.
Rajoy reveló ayer que es el responsable de que se le concediera a don Juan Carlos de un polémico aforamiento total -que abarca también aquellas actuaciones en las que participe fuera del ámbito institucional, en su vida privada- y de hacerlo por un procedimiento de urgencia que soliviantó al grueso de la oposición y que llevó al presidente del Congreso, el popular Jesús Posada, a admitir que aquello había sido una «chapuza». Al preguntarle si comparte esa opinión, el jefe del Ejecutivo puso cara de póquer y replicó: «La idea fue mía, así que qué quiere que piense yo de eso...».
De don Juan Carlos se ha sabido poco desde entonces, pero el jefe del Ejecutivo anunció que ya le ha encomendado su primera tarea: acudirá la próxima semana, en representación del Estado, a la toma de posesión del presidente colombiano, Juan Manuel Santos.