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PAN Y CIRCO

¡QUE FALTAN EXTREMOS!

ALFONSO CARBONELL
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Pues eso, ¡que faltan extremos! Que a nadie se le olvide. Que vale que se está haciendo un señor equipo, que sí, que eso está de gran categoría, pero por favor, que a nadie se le olvide, repito, a este Cádiz le faltan un par de extremos como el comer. Bueno, al menos uno, el izquierdo. Porque ya en la derecha se tiene a Juan Villar, que si bien no es un extremo puro, sí que hay que buscarle un hueco como sea y su hueco dentro del 4-4-2 impepinable es ese. Pero este Cádiz tan clásico no puede permitire el lujo de jugar sin un extremo zurdo que recuerde a esos jugadores de banda pura, esos que no se despegan de la línea de cal durante los 90 minutos, esos que desbordan y profundizan hasta sacar uno y otro centro, esos que tocan hasta en diez ocasiones por partidos la línea de fondo y no se cansan de pedir una y otra vez la pelota apostados a su querida línea de cal. Un extremo como el comer es lo que necesitan las cabezas de dos rematadores puros como deben ser Airam y Jona.

Porque aquí, con Calderón, parece haberse acabado la pamplina de otros entrenadores (Monteagudo o Agné mismamente) de querer inventar un nuevo fútbol de toque o desmarques de ruptura en pleno barro de la Segunda B. Aquí, con Calderón, parece haberse recuperado el fútbol ordenado, clásico, el de toda la vida. El de que se centra por banda a los ‘9’ de referencia, el de que se corre como si no hubiera un mañana. No se habla del patadón y tentetieso, no. Se habla de un fútbol que es tan bonito como el del tiki taka o el del contragolpe. Se habla de aprovechar la pegada que tiene este Cádiz y poner a su servicio centros, centros y más centros. Se habla de ganar. No importa el camino aunque, eso sí, éste deba ser ordenado.

Seguramente se siga buscando un extremo como Dios manda, pero este Cádiz no puede permitirse el lujo de seguir ensayando sin un pilar tan importante como ese hombre de banda que dicen será Migue García. Y si no él, pues busquen otro parecido. Pero encuéntrenlo. ¡Ya!