La Justicia investiga a dirigentes de la guerrilla albanokosovar
Están acusados de haber traficado con órganos de presos serbios, gitanos y opositores en el conflicto de los 90
VARSOVIA. Actualizado: GuardarVarios dirigentes del Ejército de Liberación de Kosovo (UCK), guerrilla albanokosovar que a finales de los años 90 del siglo pasado empuñó las armas contra Serbia, podrían acabar en la cárcel por haber cometido crímenes contra la humanidad y organizado un tráfico de órganos humanos durante este conflicto. Entre estos dirigentes se encuentra el actual primer ministro de Kosovo, Hashim Taci. Los jueces que investigan las violaciones de los derechos humanos durante el conflicto entre Serbia y Kosovo, perseguirán a esos antiguos guerrilleros, según anunció en Bruselas el fiscal estadounidense Clint Williamson.
La investigación, que fue solicitada por la Unión Europea (UE), empezó hace tres años y se llevó a cabo en Kosovo y en Albania. El primer ministro de Kosovo, Hashim Thaci, fue el máximo dirigente de la UCK, una organización político-militar que compaginó la lucha armada contra Serbia con las actividades delictivas de corte mafioso. El propio Thaci ha sido acusado varias veces de haber cometido crímenes de guerra y de haber sido el principal organizador de una red de tráfico de órganos de presos serbios. Thaci lo niega rotundamente, y el apoyo que tiene de Estados Unidos y de algunos países de la UE le han salvado, de momento, de la acción de la Justicia. Según las investigaciones judiciales en marcha, los dirigentes de la antigua UCK habrían secuestrado y asesinado a centenares de serbios, gitanos y opositores durante y después de la guerra de 1999 y traficado con órganos humanos en una decena de casos. Así lo hizo saber el suizo Dick Marty al Consejo de Europa.
El fiscal Williamson corroboró las acusaciones de Marty. La Justicia investiga 500 asesinatos y 300 secuestros, así como la situación que sufrieron 200.000 desplazados durante el conflicto bélico. El fiscal estadounidense aseguró que los dirigentes de la UCK organizaron «una red de tráfico de órganos».
Los hechos ocurrieron en 1999, y es la razón por la que no pueden ser juzgados por el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY). Ahora, la Justicia tiene que crear un tribunal específico para los crímenes cometidos en la guerra entre Serbia y Kosovo. Según el fiscal Clint Williamson, cuyo mandato finaliza en agosto, los jueces tienen suficientes pruebas que demuestran la culpabilidad de los jefes de la UCK y del propio primer ministro kosovar. El fiscal reconoció que varios testigos de estos crímenes fueron objeto de presiones para que no declararan.