Una burla añadida al desempleo
La estafa millonaria en los cursos de formación añade la humillación al desvío y el despilfarro: el dinero perdido y los parados sin ninguna solución
Actualizado: GuardarLas denuncias del Partido Popular, reforzadas ahora por los indicios de la Policía Nacional, parecen cargadas de razón. A los extrabajadores de Delphi se les deben muchas disculpas y muchas soluciones. Sobre todo porque cinco años después siguen sin empleo, sin las recolocaciones prometidas. Los que han conseguido alivio para su situación personal ha sido a través de prejubilaciones o bajas. El resto, la mitad, sigue tirado. Si tuvo algún empleo ocasional fue un fiasco. Muchos, ni una oportunidad tuvieron. Las coberturas, ventajosas o no, se acabaron y ahora se acumulan los indicios de que el río de dinero destinado a darles una nueva formación acabó en los bolsillos de algún presunto listo que, para mayor indignación, sería un exconsejero socialista, un exalto cargo de la Junta que habría conseguido crear sistemas administrativos a su medida para que su cuñada, responsable de dividir estas millonarias ayudas, le permitiera manejar hasta 36 millones, 19 sólo en 2010 y en algunos casos con empresas aún sin formar, sin personal. En cualquier caso, la investigación establece que la formación fue «una ficción», es decir, un cuento. De terror para los afectados de Delphi que se han quedado sin formación, sin recolocación, sin presente y sin futuro por el simple motivo de que alguien, presuntamente, se ha forrado a costa de su desgracia laboral.
Esa es la aparente realidad de un caso que puede suponer el desvío de cientos, miles de millones. De ellos, los más dolorosos serían los de unos desempleados burlados, a los que se prometió una salida, firmada en un documento, pero cuyas esperanzas han quedado aplastadas por la avaricia de unos pocos. Y, sobre todo, por la incapacidad de los responsables públicos para vigilar, controlar, el uso de ese caudal de caudales.