Las críticas contra John Kerry en Israel tensan las relaciones bilaterales

La opinión pública israelí, cada vez más radicalizada, ha pagado a John Kerry por sus seis días de intensos esfuerzos para negociar un alto al fuego con un torrente de duras críticas, que incluso le acusan de estar del lado de Hamas. «Kerry está de vuelta en casa (para alivio de nuestros aliados en la región)», escribió ayer Jennifer Rubin, en su blog del Washington Post, haciéndose eco de lo publicado la víspera en el periódico hebreo Haaretz. Según Associated Press, en la Casa Blanca están «que echan humo». «En un lenguaje inusualmente duro, altos funcionarios (del Gobierno de Barack Obama) dijeron que las críticas a Kerry podrían poner en riesgo las relaciones entre EE UU e Israel», dijo ayer la agenci.

De cara al público, el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, restó importancia a las tensiones entre ambos países y aseguró que las relaciones «son suficientemente fuertes» como para que esto no tenga «ningún impacto». Earnest reiteró el apoyo de EE UU a Israel, al que proporciona 3.000 millones de dólares (2.232 millones de euros) en ayudas anuales, y recordó que la tecnología estadounidense es la que permitió construir el escudo antimisiles conocido como Iron Dome, «que está salvando muchas vidas» en el lado israelí.

«EE UU seguirá profundamente involucrado en estos esfuerzos internacionales multilaterales» para lograr un alto al fuego, aseguró el portavoz de la Casa Blanca. Es precisamente eso lo que tiene de uñas a Israel, que sólo quiere espacio para intensificar sus maniobras militares en Gaza. «Danos cobertura diplomática en la ONU», pidió en entrevista con el Wall Street Journal el exembajador israelí en EE UU Michael Oren.