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La UE suma 15 personas y 18 empresas a su lista de sanciones a rusos y ucranianos
Los estados miembros comienzan a debatir un documento de la Comisión que propone sanciones a Moscú por valor de 10.000 millones
BRUSELAS. Actualizado: GuardarLa Unión Europea dio ayer un nuevo paso en su política de presión hacia Moscú por su papel en la crisis ucraniana al ampliar la lista negra de sanciones en otras 15 personas (había 72) y 18 empresas (había dos ucranianas que fueron expropiadas en el sur del país por los rebeldes prorrusos). Se desconoce la identidad de los afectados, pero fuentes comunitarias señalaron que la mayoría son rusos y destacaron la relevancia que supone que por primera vez se apunte hacia firmas con sede en Rusia. Las identidades no se conocerán hasta la tarde de mañana cuando sean publicadas en el Diario Oficial de la Unión Europea. Hasta la fecha, ya son varias las personas del círculo de Vladímir Putin a quienes se les han embargado sus bienes en Europa y prohibido la entrada a territorio comunitario. Entre ellos, el viceprimer ministro, Dimitri Rogozin.
La decisión fue adoptada a última hora de la tarde de ayer por los embajadores de los estados miembros ante la UE, en virtud de un mandato que recibieron este martes de los ministros de Exteriores y el miércoles de la semana pasada de los jefes de Estado y de Gobierno comunitarios, reunidos de forma extraordinaria en Bruselas. Una cita en la que pidieron «ampliar las medidas restrictivas con el fin de incluir a una serie de entidades, incluso de la Federación de Rusia, que apoyan material o financieramente las acciones que socavan o amenazan la soberanía, integridad territorial e independencia de Ucrania». Dicho y hecho.
Los embajadores, además, ampliaron las bases legales para poder ampliar las sanciones a más personas y empresas. «Cada paso hay que justificarlo muy bien jurídicamente, no como en Estados Unidos», matiza un alto diplomático sobre las muchas presiones que están recibiendo de la Administración Obama para ser más duros con Moscú.
Porque aunque lo único claro que se sacó de la reunión de ayer fue la ampliación de la lista negra comunitaria, lo relevante no fue esto. Durante varias horas, debatieron un documento de ocho páginas elaborado por la Comisión Europea y que propone una batería de sanciones económicas y en materia de defensa que supondrían un auténtico varapalo para la economía y las finanzas rusas. En su conjunto, tendrían un impacto superior a los 10.000 millones.
La cumbre aún en el aire
Fuentes conocedoras de la reunión aseguraron que no se alcanzaron decisiones concluyentes y que los debates continuarán a lo largo de la jornada de hoy. La decisión no es baladí ya que supondría activar la llamada fase tres de la hoja de ruta sancionadora establecida por la UE para intentar convencer a Putin de que debe jugar un papel mucho más activo en la crisis ucraniana. El Kremlin, de momento, «sólo ha hecho muchas promesas y pocas cosas más. Estamos bastante cansados», confesaban fuentes diplomáticas antes del derribo del Boeing 777 en Ucrania que costó la vida a 298 pasajeros, 212 europeos.
Existen diferentes interpretaciones jurídicas pero la mayoría coincide en señalar que cualquier medida que se pretenda dar en relación a la fase tres debería ser refrendada por los jefes de Estado y de Gobierno de los 28 en una cumbre extraordinaria que podría celebrarse la primera semana de agosto, con todos los líderes ya de vacaciones -hay otra ya convocada para el 30 de ese mes para elegir a los nuevos cargos electos-. Los interrogantes son muchos y todas las posibilidades están abiertas.
Según el documento de trabajo enviado a los países y desvelado por el Financial Times, estas medidas buscan impedir el acceso de los bancos públicos rusos al capital europeo, suspender la exportación e importación de armas, el suministro de bienes de uso civil y militar, y dejar de vender tecnologías clave para sectores tan sensibles como el energético.
La medida 'estrella' por su impacto en Moscú sería impedir que las entidades financieras controladas por el Kremlin dejen de financiarse con dinero europeo. En 2013, según los datos de Bruselas, el 47% de los bonos emitidos por esas entidades los compraron inversores comunitarios, unos 7.500 millones. En relación al embargo de armas, Rusia exporta a la UE 3.200 millones cada año, mientras los países comunitarios sólo venden a Moscú 300 millones.