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«Voló el techo y apareció un Apache en la cocina»

Los vecinos del castigado barrio capitalino de Shejaiya toman el hospital principal de la ciudad a la espera de sus heridos y sus muertos

GAZA. Actualizado: Guardar
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El Ejército de Israel sigue castigando Shejaiya, el barrio en el este de la ciudad de Gaza que el domingo sufrió el bombardeo más duro que se recuerda en la Franja. «La cifra de muertos es de 72 y seguro que hay más, el problema es que no podemos acceder con las ambulancias a retirar los cadáveres», denuncia Ashraf al-Qedra, portavoz del Ministerio de Sanidad a las puertas del hospital Al-Shifa. El principal centro médico de Gaza se ha convertido en las últimas 48 horas en refugio improvisado para cientos de vecinos del Shejaiya que han perdido parientes, amigos y también las casas. Tirados a las puertas del centro, entre las sirenas de ambulancias y las explosiones de los bombardeos, esperan el fin de la ofensiva.

Los que tienen heridos en las plantas se esparcen ante la entrada principal. Jadra Abu al-Ata estaba preparando el 'eftar' (comida que rompe el ayuno del ramadán al caer el sol) cuando empezaron las primeras explosiones. «De pronto el tejado voló y apareció un Apache en la cocina», recuerda esta mujer de 42 años que inmediatamente bajó junto a sus nueve hijos al sótano y se refugió junto a otros diez vecinos más. Allí estuvieron rezando hasta las ocho de la mañana, cuando decidieron salir y correr al centro de la ciudad escapando del «bombardeo más duro que recuerdo, nunca en las anteriores ofensivas habían hecho algo igual».

Israel asegura que en Shejaiya hay una importante red de túneles de las milicias palestinas, a las que acusa de haber lanzado un centenar de cohetes desde la zona. También repite que pidió a los vecinos en dos ocasiones que dejaran sus casas, pero estos decidieron quedarse. En su primera incursión nocturna al barrio la Brigada Golán perdió al menos siete soldados cuando su blindado pisó un barril bomba y otros seis militares cayeron en combate a lo largo del sábado noche, la jornada más sangrienta para el Ejército desde la guerra libanesa de 2006.