Llega la hora de la verdad para la ausente diplomacia europea
Alemania y Francia contemporizan, mientras Holanda y Reino Unido exigen mano dura con Rusia
BRUSELAS.Actualizado:La situación es límite. La diplomacia europea se encuentra entre la pared de los 212 ciudadanos comunitarios asesinados cuando sobrevolaban Ucrania y la afilada espada de su relación económica con Rusia, con un Vladímir Putin que ha agotado la paciencia de Occidente. Jubilados, investigadores internacionales, políticos, empresarios, familias enteras, niños... Una pared donde se escriben los nombres de 193 holandeses, 10 británicos, 5 belgas y 4 alemanes. 212 europeos muertos por el simple hecho de tomar un avión en pleno siglo XXI. Europa, de luto, debate qué hacer, cómo responder. Porque el rol ha cambiado. De eterna mediadora ha pasado a víctima. Las medias tintas ya no valen.
Mañana, cinco días después de que el avión se estrellase, los ministros de Exteriores de los Veintiocho se reunirán en Bruselas para ratificar lo que ya estaba previsto (nuevas sanciones a Rusia) y debatir de forma excepcional la catástrofe aérea. Cinco largos días en los que los servicios de Inteligencia de medio mundo han trabajado a destajo, en los que los teléfonos rojos no han dejado de sonar y en los que miles de personas siguen llorando a los suyos. Cinco días después, los cancilleres emitirán un enérgico comunicado de condena, exigirán acceso libre al terreno para recuperar los cadáveres, impulsar una investigación independiente sobre los hechos... Pero a día de hoy no habrá sanciones excepcionales a Putin.
Así lo confirmaron el viernes fuentes comunitarias, que ratificaron el mensaje lanzado horas antes por los grandes líderes europeos: «Esperemos a que se esclarezca lo sucedido y, a partir de ahí, actuaremos para que los responsables se sienten ante la justicia y paguen por lo ocurrido». Salvo que en las próximas horas sucedan acontecimientos de calado -la indignación en países como Holanda o Reino Unido crece por momentos-, la previsión es que los ministros ratifiquen el acuerdo alcanzado la noche del miércoles por los jefes de Estado y de gobierno de la UE, que amplía la base jurídica legal para poder sancionar a más personas (ya van 72) y empresas (dos y ambas ucranianas).
Todavía se desconocen las nuevas identidades, pero la idea es que entre las compañías se incluya por primera vez alguna rusa. «El paso es considerable porque también se prohibirán los préstamos del Banco Europeo de Inversiones y del y del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo», admitieron dos altos diplomáticos en un receso del Consejo. Era miércoles. Lo que nadie esperaba es que, 16 horas después, Europa se tiñera de negro.
Mañana, reunión clave
El escenario ha cambiado. Más de 200 europeos muertos, un trato denigrante a los cadáveres, numerosas trabas para investigar lo ocurrido... Llega la hora de la verdad para la diplomacia europea, que lleva meses dosificando las sanciones a Rusia esperando que Putin cediera. Todo ha ido a peor. Holanda, furiosa, ya ha advertido de que se han cruzado todas las líneas rojas y exige mano dura con Moscú. El sábado, su primer ministro, Mark Rutte, dio un ultimátum al presidente ruso por el bochornoso e «indignante» trato que los rebeldes están dando a los cadáveres. El británico Cameron le secundó mientras que Angela Merkel, que sigue apostando por mantener la calma, habla de «última oportunidad» pero llama al entendimiento, «la única salida razonable». Los tres volvieron a hablar ayer con Putin.
Quien también se pronunció fue el francés François Hollande. Charló por teléfono con Cameron y con Merkel y los tres acordaron lanzar la enésima amenaza a Moscú para que trabaje en favor de una «acceso libre y total» a la zona cero ucraniana. «Si no toma inmediatamente las medidas necesarias, la UE sacará las consecuencias que corresponsan», recalcó el Eliseo en un comunicado en relación a la reunión de mañana.
Cameron, en un artículo publicado en The Times, advirtió de que «Rusia puede usar este momento para encontrar una salida a esta crisis peligrosa y enconada. Espero que lo haga. Pero si eso no pasa, entonces debemos responder de manera vigorosa (...)». Toda una declaración de intenciones para que Europa acceda a la fase tres de las sanciones, la más grave, la misma que llevaría a romper relaciones económicas de toda índole con Rusia.
Rutte, Merkel, Cameron, Hollande... ¿Y Catherine Ashton? La jefa de la diplomacia europea, la alta representante de Política Exterior, emitió un comunicado sobre el accidente el mismo jueves a las 20.23 horas y desde entonces, nada más se ha sabido de ella, enfrascada en las negociaciones sobre el desarme nuclear de Irán. ¿Y los 212 europeos muertos? Las críticas hacia lady Ashton se han multiplicado estos días. Quizá no tanto hacia ella sino hacia el puesto, de dudosa eficacia cuando la política exterior sigue siendo competencia exclusiva de los Estados miembros, de 28 países con unos intereses internacionales opuestos en algunos casos.
Ashton se va el 31 de octubre tras cinco años de mandato. El que o la que la releve (será mujer casi con total seguridad) se encontrará de bruces con la crisis rusa, con el gran examen de la diplomacia europea en muchos años. Y lo hará con las manos y los pies atados.