Israel se pierde en el laberinto de Hamás
Un comando de milicianos, que logró burlar el despliegue militar, se infiltró en territorio enemigo y mató a dos soldados
GAZA. Actualizado: GuardarLos túneles de Hamás son la gran pesadilla para Israel y por uno de ellos un comando de milicianos logró infiltrarse en territorio enemigo y matar a dos soldados en Kissufin tras abrir fuego con armas automáticas y lanzar misiles antitanque. Esta operación, en la que también cayó un miliciano, burló el despliegue militar israelí que trata de establecer una zona de seguridad de 2,5 kilómetros desde su frontera, lo que supone prácticamente empujar a los 1,8 millones de habitantes hacia el mar para concentrarse en la mitad de terreno de la Franja. Cada movimiento terrestre israelí cuenta con la cobertura de aviones, barcos y tanques, una combinación poderosa que ha disparado el número de víctimas entre los palestinos. Ya son más de 300 los muertos y de ellos casi un centenar han caído desde que Benyamin Netanyahu diera la orden de «ampliar» la operación 'Margen protector' con incursiones terrestres.
A los dos soldados caídos en combate hay que sumar la muerte de un civil que murió tras un ataque con cohetes contra la ciudad de Dimona, donde se encuentra el centro de investigación nuclear, con lo que ya son cinco las víctimas en el lado israelí. El Ejército eleva a trece el número de túneles que ha logrado neutralizar, uno de ellos de treinta metros de profundidad, y 95 lanzaderas de cohetes. Los israelíes publican diariamente también su cuenta de cohetes particular, que cada día marca los proyectiles lanzados desde Gaza y que ya superan los 1.700, «lo que supondría un treinta o cuarenta por ciento de su arsenal», según estimaciones del portavoz militar, General Moti Almoz.
La ONU, desbordada
El empuje israelí desde la frontera ha provocado la salida masiva de civiles de la zona, lo que ha desbordado las expectativas de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA). Más de 60.000 personas viven bajo la protección de la bandera azul del organismo internacional en los colegios habilitados como albergues a lo largo de toda la Franja. Alguno de estos centros, como el de Beit Hanun, se encuentran dentro del margen de seguridad de 2,5 kilómetros marcado por Israel y el organismo internacional no obtuvo autorización para el transporte de comida. «Cada vez que tengamos que entrar en esa zona debemos coordinar con Israel y obtener antes su permiso», informó un funcionario de la ONU consultado en Gaza.
El portavoz de UNRWA, Chris Gunness, advirtió de que el número de desplazados está «al mismo nivel que durante el conflicto en 2008-2009 y sigue en aumento». Durante la operación 'Plomo fundido' un millar de palestinos perdió la vida en los 22 días de ofensiva israelí, la última vez que habían entrado por tierra hasta ahora.
Las bombas no callan y los cohetes no dejan de salir, ambos lados presionan con todas sus fuerzas para llegar en la mejor posición posible a la mesa negociadora. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon se desplazó a la zona para ayudar, «en la coordinación con los actores regionales e internacionales, a acabar con la violencia», según el secretario general adjunto para asuntos políticos del organismo internacional, Jeffrey Feltman.
Desde Egipto informaron de que no hay variaciones respecto al plan propuesto a comienzos de semana que Israel aceptó de forma unilateral y que nadie consultó a Hamás, y que urge a las dos partes a aceptar un alto el fuego para después discutir los puntos de una tregua. El ministro de Exteriores francés, Laurent Fabius, viajó a El Cairo para respaldar la iniciativa egipcia porque «la absoluta prioridad es el alto el fuego, pero este debe garantizar una tregua duradera», algo que no ha ocurrido tras las últimas dos ofensivas. El grupo islamista movió ficha y, a través de Catar, único aliado que le queda al movimiento junto a Turquía, presentó su propuesta para el fin de las hostilidades con la condición previa de que Israel levantará el bloqueo que sufre Gaza desde hace ocho años. Una propuesta sobre la que no hubo posicionamiento oficial israelí.
Pese a la dureza de las condiciones de vida bajo el ataque de Israel (el 80% de la Franja está sin electricidad y hay problemas serios de agua y de acceso a alimentos) el final del bloqueo es un objetivo compartido por todos los gazatíes. El analista económico Maher Al-Tabaa piensa que «la lucha contra el embargo nos une a todos, estemos o no con Hamás, llevamos ocho años sufriendo esta situación y hemos reconstruido nuestras casas con los escombros de las dos ofensivas anteriores, no puede pasar una tercera vez, hay que llegar hasta el final».