La ley que hace temblar los pactos más fuertes
La reforma anunciada por el PP de blindar al alcalde más votado pone en peligro los acuerdos que cambiaron el signo político de siete alcaldías en 2011
Actualizado: GuardarSi hay algo que los representantes políticos no pueden controlar es el paso del tiempo. La presente legislatura acaba de encarar su último año y para los alcaldes comienza una cuenta atrás en la que deben analizar las promesas electorales realizadas cuatro años atrás y rendir cuentas antes del próximo mayo de 2015. Es el momento de ver qué queda por hacer y en cuánto tiempo se puede desarrollar para poder renovar de nuevo la confianza de los ciudadanos. A su vez, comienzan a gestarse las hipótesis sobre los resultados que obtendrán en los próximos comicios municipales, los más importantes para la ciudadanía por su cercanía. Los sondeos hablan de hipotéticas victorias, de posibles pactos que harían cambiar de color político las alcaldías y desde las últimas elecciones europeas, de la irrupción de nuevos partidos que pueden transformar la composición de algunos ayuntamientos.
En este escenario de castillos en el aire, el Partido Popular ha decidido cambiar desde el Gobierno central algunas de las reglas del juego al proponer retocar la ley de Bases de Régimen Local y la ley electoral para que gobierne el partido más votado. Se trata de una iniciativa que los dos grandes partidos, tanto el popular como el socialista, han defendido y atacado a capa y espada a partes iguales según les pudiera beneficiar o perjudicar. A nivel provincial, el presidente del PP de Cádiz, Antonio Sanz, mantuvo el argumentario del partido y aseguró que la elección directa de los alcaldes proporcionaría «un mayor respeto y protagonismo de la voluntad de los ciudadanos». «Es impecable en términos democráticos y responde mejor a la representatividad democrática bajo el principio claro y nítido de que gobierne el más votado».
Desde el Partido Socialista, con la confianza de poder recuperar varias de las alcaldías perdidas en mayo de 2011, calificó este intento de cambio de las reglas del juego de «estrategia tramposa» y acusó al PPde «acumular una amplia trayectoria de impedir que las candidaturas socialistas alcanzasen las distintas alcaldías como candidaturas más votadas por la ciudadanía». Sin embargo, ambos partidos se olvidan de que a lo largo de la historia de la Transición han ido cambiando de opinión según en qué lado de la bancada se hayan sentado.
Tampoco han recordado que unos y otros han pactados con quienes han podido para ‘robarles’ el Gobierno a su eterno opositor. Se han dado casos tan llamativos como el acuerdo alcanzado en Alcalá de los Gazules donde el PP se alió con IU para arrebatar la Alcaldía al PSOE. Éste es sólo uno de los diversos ejemplos de los pactos que se han dado en la provincia. Los resultados de las elecciones de mayo de 2011 crearon un escenario de incertidumbre en 23 de los 44 municipios gaditanos. En algunos casos se llegaron a acuerdos que garantizaron la estabilidad del gobierno con el partido más votado al frente, en otros se arriesgaron a dirigir la ciudad en minoría y en otros se alieron hasta los enemigos más acérrimos para luchar contra uno en común. De los 23 posibles pactos que podían surgir, siete de ellos hicieron que sus ayuntamientos cambiaran de color político.
Alcalá de los Gazules
Sin duda fue uno de los casos más llamativos. No sólo porque se unieron PP e IU sino porque consiguieron arrebatar al Partido Socialista uno de sus bastiones más importantes. El hasta ese momento alcalde Arsenio Cordero consiguió sacar seis concejales, un número que le daba la victoria pero no le auguraba un camino tranquilo. Con cuatro concejales el PP y tres Izquierda Unida, ambos partidos decidieron unirse pese a que ello le conllevara la apertura de un expediente disciplinario a los miembros de IU por parte de su propio partido. La situación se torció un poco más cuando a mitad de la legislatura, una de las concejalas del PP, Estela Sánchez, fue expulsada de su formación aunque se negó a entregar el acta de concejal. Ahora se encuentra en el grupo mixto. El Partido Socialista podía haber aprovechado para hacer una moción de censura y recuperar la Alcaldía pero prefirió que ambos partidos gobernaran en minoría.
El Bosque
En tablas quedaron el PP y el PSOEcon cuatro concejales cada uno por lo que todas las miradas se dirigieron hacia los dos concejales que logró el PA, el edil que sacó Izquierda Unida y el que logró Izquierda Alternativa de El Bosque. Finalmente PP y PAse entendieron por lo que la popular Inmaculada Gil fue nombrada alcaldesa. Pero en este acuerdo no todo ha sido un camino de rosas puesto que el PA pidió la dedicación exclusiva para algunos de sus ediles a lo que la regidora, en un primer momento, se negó. Acabó aceptando ante el riesgo de romper el acuerdo y perder el bastón de mando o conservarlo en una más que difícil minoría.
Castellar
Junto a Jimena era uno de los pesos pesados del PSOEen el Campo de Gibraltar. Empató a cinco concejales con IU. En manos del PP, con un edil, estaba la posibilidad de inclinar la balanza hacia un lado u otro. Este concejal popular decidió apoyar la investidura del izquierdista Juan Casanova.
Jimena
Si en Castellar, el Partido Popular propició que gobernara Izquierda Unida, en Jimena fue al contrario. PP y PSOE sacaron siete concejales cada uno aunque los populares consiguieron 226 votos más; 226 razones por la que los dos concejales de Izquierda Unida no se opusieron a que el PP acabara con 32 años de gobierno socialista.
La Línea
Muy reñidas estuvieron las elecciones municipales en uno de los municipios más castigados por la crisis. Los once concejales que sacó el Partido Popular, con Alejandro Sánchez al frente, no fueron suficientes para superar el pacto que el PSOE (con diez ediles) hizo con el PA (que aportó dos actas) por lo que Gemma Araujo se hizo finalmente con la Alcaldía de La Línea cambiando el color de azul a rojo en ese Ayuntamiento.
Arcos
La expectación estuvo asegurada en la noche del 22 de mayo de 2011 hasta que se contó el último voto. Siete concejales sacó PP, los mismos que PSOE y Alternativa Independiente Progresista (Aipro). Finalmente PP y Aipro se repartieron las delegaciones municipales aunque el bastón de mando se lo quedó el popular José Luis Núñez por ser el más votado.
Chipiona
Una alcaldesa sorprendida fue Isabel María Fernández aunque sólo fuese por dos días, lo que le duró el cargo. En el pleno de investidura el PSOE (con siete concejales) decidió apoyar la propuesta de IU (con dos ediles) para que fuese Fernández la alcaldesa a pesar de que el PP fue el partido más votado con ocho ediles. Sin embargo, dos días después, Fernández renunció y el PP gobierna desde entonces en Chipiona.
El desacuerdo
Pero un pacto, al igual que ocurre en cualquier otro acuerdo, a veces es difícil de mantener y no son pocas las desaveniencias que ha habido en estos tres años de legislatura. Sin ir más lejos en San Roque, donde PSOE, PA y PIVG (Partido por la independencia del Valle de Guadiario) se unieron para gobernar con cierta estabilidad bajo el mandato socialista (que fue el más votado) rompieron las relaciones en octubre del año pasado. Primero fue el PA quien se distanció pasando a estar en la oposición dejando así a sus anteriores socios gobernando en minoría. Si bien es cierto que en Castellar no hubo un acuerdo firmado, sí que hubo un apoyo tácito del PPde dejar gobernar a IU. Sin embargo, en los últimos meses la relación de conveniencia entre PP e IU se ha distanciado al desmarcarse el concejal popular de las decisiones del equipo de gobierno.
Toda una sorpresa será lo que pase en las posibles elecciones municipales, pero lo cierto es que de aprobarse el decreto para que gobierne el alcalde más votado, el escenario en la provincia puede ser bien distinto.