La grasa 'buena', letal en los pacientes con cáncer
Investigadores españoles demuestran el riesgo del proceso 'quemagrasa' que se estudia para combatir la obesidad La caquexia es la causa de muerte de uno de cada tres enfermos
MADRID.Actualizado:Muy pocos se hubieran imaginado que la grasa 'buena', la marrón, la que consigue quemar las calorías que a uno le sobran y reducir los depósitos de la otra grasa, la 'mala', sería la responsable de la muerte de uno de cada tres pacientes con cáncer. El proceso, denominado caquexia, es tan devastador como poco estudiado. Ahora un equipo del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) demuestra por primera vez que este fenómeno 'quemagrasa' se asocia a un efecto negativo. Los científicos aseguran que estos lípidos que adelgazan están detrás de la pérdida de peso atroz que sufren algunos enfermos, que incluso produce la muerte en uno de cada tres pacientes.
En el estudio, que ha sido publicado en la revista científica Cell Metabolism, los investigadores liderados por Michele Petruzzellli revelan que el cáncer activa el proceso de caquexia descontroladamente y hasta el extremo, lo que aumenta las posibilidades de muerte en estos pacientes. El proceso suele darse en fases avanzadas de cáncer de páncreas, estómago, pulmón, esófago y colon, pero también en pacientes infectados con el virus del sida, insuficiencia cardiaca o hepática. Por mucho que estas personas se alimenten, no consiguen frenar la pérdida de grasa y músculo, llegando hasta la muerte del paciente en determinados casos que no están relacionados con los efectos directos del tumor.
Futuros tratamientos
Además, los investigadores han descubierto la importancia de la molécula denominada citoquina IL-6 en el proceso ya que, al bloquearla, mejoraba la salud de los ratones con los que los científicos del CNIO llevaron a cabo el experimento.
Así, esta proteína del sistema inmune que interviene en los procesos inflamatorios, podría suponer una futura vía de tratamiento para los enfermos. El equipo de investigadores llevó a cabo el experimento con distintos modelos de ratones con cáncer. En todos ellos se observó el proceso por el que antes de que se manifestara el proceso de adelgazamiento extremo se activaba la transformación de las reservas de grasa 'mala' en 'buena'.
Petruzzelli señaló que durante el estudio advirtieron que la citoquina IL-6 jugaba un papel «muy importante» en todo el proceso ya que conseguía hacer desaparecer la caquexia en algunos modelos de ratones y en los demás «redujo drásticamente» sus efectos. Además de con ratones, los investigadores también estudiaron tejido graso humano de pacientes con cáncer y que habían entrado en un proceso de caquexia. Así, demostraron que siete de las ocho muestras estudiadas desarrollaron las mismas alteraciones detectadas en los ratones por lo que los investigadores se muestran «cautos pero esperanzados» con el hallazgo.
«El IL-6 es una proteína muy poco específica por lo que bloquearla en los humanos podría provocar efectos secundarios graves. Sin embargo, es un posible camino terapéutico que podría aportar grandes resultados para estos pacientes», analizó el investigador. Hasta ahora, se pensaba que el proceso de caquexia estaba relacionado con un tipo de «autocanibalismo» en el que el organismo agotaba todas sus reservas energéticas para alimentar las necesidades de crecimiento del tumor. Sin embargo, esta hipótesis se ha descartado ya que este proceso se desarrolla incluso en personas con tumores muy pequeños.
Curiosamente la importancia del proceso de transformación de la grasa blanca en marrón en los humanos se descubrió hace apenas dos años. La mayor parte de la grasa en un adulto es blanca y se sabe que su principal función -no la única- es almacenar energía. La grasa marrón, en cambio, se quema para producir calor. De hecho la grasa de los bebés y de los animales que hibernan es de este tipo. El descubrimiento de que las personas pueden convertir la grasa 'mala' en 'buena' mediante el ejercicio o la exposición a bajas temperaturas ha abierto una nueva vía de ataque a la obesidad, y ya está en marcha la búsqueda activa de herramientas farmacológicas para inducir la transformación.
Los expertos advierten de que la grasa 'buena' no debe estar ni demasiado activada, como en el caso de los pacientes con cáncer, ni demasiado poco, como sucede con las personas obesas.