Winter, durante un concierto de 2008 en el Festival Internacional de Jazz de San Javier, en Murcia. :: J. F. MORENO / EFE
Sociedad

El blues pierde a su dios albino

Johhny Winter, legendario guitarrista y 'bluesman', fue hallado muerto en la habitación de hotel que ocupaba en Zúrich

MADRID. Actualizado: Guardar
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Un escalofrío heló ayer el planeta de la música, al conocer la mala nueva de la muerte de Johnny Winter, el dios albino del blues. El legendario guitarrista y vocalista norteamericano, uno de los pilares del blues-rock cuya leyenda se forjó en Woodstock, falleció el miércoles a los 70 años y en circunstancias aun no esclarecidas, según confirmaron Jenda Darringer y Rick Darringer, compañeros de banda del 'bluesman'.

La Policía suiza confirmó que Winter murió durante la noche y que la fiscalía ordenó una autopsia, dado que no era evidente la causa de la muerte del guitarrista, de gira por Europa en los últimos meses. Su cadáver fue hallado en la habitación de hotel que ocupaba junto con su hermano, Edgar Winter, también músico de blues. Familiares y miembros de su banda despidieron a «uno de los mejores guitarristas del mundo», según indicaron en un breve comunicado. «Johnny no estaba bien de salud y se sentía muy frágil y débil», escribió Jenda Darringer en Facebook.

Nacido en la localidad texana de Beaumont en 1944, su padre le regaló su primera guitarra con once años, con la que reproducía el blues primigenio que oía por la radio. Con 17 años inico su camino hacia la leyenda, cuando BB King le dejó tocar a su lado en un garito de Beaumont, cediéndole su apreciada guitarra Lucille. Escaló peldaños definitivos a finales de los años 60, cuando asaltaba el Olimpo de las seis cuerdas míticos guitarristas de la talla de Jimi Hendrix, Eric Clapton o Alvin Lee.

Pronto se reconoció a Winter como uno de los grandes de la guitarra, un virtuoso que complementar sus portentosos y fieros riffs con su ronca y característica voz. Siempre a caballo entre el blues-rock y la música sureña, se confirmó como uno de los más respetados cantantes y guitarristas en el planeta del rock con sus potentes directos.

Su fama se hizo global en 1968, tras actuar como telonero de Mike Bloomfield y captar la atención de Clive Davis, ejecutivo de Columbia Records que le fichó con un adelanto de 600.000 dólares. La revista Rolling Stone lo consagró ese mismo año declarándole el músico más intenso del momento junto a Janis Joplin. En 1969 fue la estrella más rutilante del festival de Newport, donde actuó con BB King, para repetir éxito en la memorable cita de Woodstock.

Los años 70 y 80 del siglo pasado fueron los de mayor popularidad para Winter, que batallando con su adicción a la heroína produjo discos para otros de sus ídolos, como Muddy Waters o John Lee Hooker, lo que apuntaló la reputación. Publicó una veintena de discos, fue nominado a los premios Grammy en siete ocasiones y Rolling Stone le incluyó entre mejores guitarrista de todos los tiempos.

Activo hasta el final, su presencia en España era habitual cada temporada. En mayo pasado actuó en Bilbao, Madrid, Barcelona y Mallorca. Debilitado, extremadamente delgado y ciego de un ojo, viajaba siempre acompañado de un médico, pero no suspendió sus giras. Tenía previsto publicar un nuevo álbum en septiembre titulado 'Step Back' con Eric Clapton y Ben Harper como invitados. «Pienso mucho en mi legado. Esperemos que al final digan que fui un buen músico de blues. Eso es todo lo que quiero», dijo a The New York Times a principios de este año.