Maíllo promociona a Garzón, quien no se descarta como candidato a la Moncloa
SEVILLA.Actualizado:El coordinador de Izquierda Unida en Andalucía, Antonio Maíllo, pronunció ayer una conferencia en Sevilla organizada por Europa Press, con motivo de su reciente elección como candidato a la Junta de Andalucía. La atención en realidad estuvo centrada en su presentador, el diputado malagueño Alberto Garzón, a quien ya se le señala como futuro candidato de IU a la Moncloa.
Maíllo elogió al recién nombrado responsable de la Secretaría Ejecutiva del Proceso Constituyente de IU. Dijo que la federación andaluza está «entusiasmada» con que Garzón asuma esta responsabilidad. Maíllo nunca ha ocultado su entusiasmo por el político malagueño, a quien vaticina un gran futuro político en la formación izquierdista. «Alberto vale para todo», respondió ayer cuando se le preguntó si lo veía como candidato a la Moncloa. Luego matizó: «Cuando toque».
Alberto Garzón, sin embargo, no descartó esta posibilidad, aunque advirtió que ese debate todavía no está sobre la mesa. «Yo ahora tengo una responsabilidad política encomendada que es la de facilitar los escenarios de convergencia con otras organizaciones, el tema de las caras es posterior, una vez que esté definido el proyecto», puntualizó según Europa Press.
«Todos estamos disponibles, yo estoy dispuesto, para eso estamos en política, para asumir nuevas responsabilidades y, dadas las circunstancias, no se puede descartar pero ello no significa que se diga que sí», puntualizó cuando se le interrogó sobre si le ilusiona ser el candidato.
Maíllo justificó la negativa de su formación a un pleno extraordinario sobre corrupción, como pide el PP, porque, en su opinión, de la corrupción «no hay que hablar, hay que luchar contra ella». Luego añadió: «El PP dice que quiere hablar; estamos hablando de un partido que hizo campañas electorales con una desigualdad de condiciones de carácter económico vinculada a la corrupción», dijo en referencia al caso Gürtel. Maíllo también criticó a Susana Díaz por hacerse fotos con empresarios de las grandes superficies y «olvidar» a los pequeños comerciantes.