Los drones de Hamás ahondan el desafío a Israel
Egipto ofrece a israelíes y palestinos un acuerdo de alto el fuego inmediato que trata de respaldar hoy EE UU con la llegada de Kerry en El Cairo
GAZA.Actualizado:Hamás volvió a sorprender a Israel y celebró el cumplimiento de la primera semana de la operación 'Margen protector' con el envío de un avión no tripulado a territorio enemigo. En su estrategia habitual de guerra psicológica, las Brigadas Azedín al-Qasam anunciaron «una gran noticia» para la séptima jornada de una ofensiva israelí que ya ha provocado más de 180 palestinos muertos. Poco más tarde, la radio militar de Israel informaba de que el Ejército había lanzado un misil tierra-aire 'Patriot' «para neutralizar un dron palestino sobre Asdod». Si el lanzamiento de cada cohete -de Gaza salieron más de mil en los últimos días, según la seguridad israelí- es celebrado con alegría, la noticia del aparato no tripulado fue motivo de bailes, abrazos y gritos de «¡Alau Akbar!» (Dios es grande) dentro de la Franja, donde hasta los mayores detractores de Hamás han dejado las diferencias a un lado para apoyar la lucha armada.
El grupo islamista añade una nueva arma a su arsenal y, tras la confirmación israelí, emitió un comunicado para explicar que había enviado «tres drones contra el sur de Israel». Admitió además que «fracasaron en sus misiones». El brazo armado de Hamás aseguró que cuenta con tres tipos de aparatos bautizados como Ababil: el AB1, desarrollado para espionaje; el AB2, diseñado para portar misiles; y el AB3, que presentó como un modelo «planeador suicida».
Las televisiones locales estuvieron prácticamente todo el día emitiendo material propagandístico de los milicianos de Hamás sobre estos aparatos no tripulados, todo bien presentado con canciones heroicas de fondo. «Es una sensación nueva, hasta ahora éramos nosotros los que estábamos acostumbrados a vivir bajo su vigilancia permanente, ahora saben que estamos más cerca de poder hacer lo mismo», señalaba pletórico Ahmed, joven trabajador del hospital Wafa que, como todos sus compañeros, no se podía creer lo que veía en la pantalla. La emisión combinaba el árabe y el hebreo para informar también al bando enemigo, una estrategia que los islamistas han trasladado también a las redes sociales para lanzar mensajes al otro lado de la frontera.
La séptima jornada de enfrentamientos transcurrió con menos violencia que las anteriores, pero el balance de los últimos días deja ya más de 180 muertos, en su inmensa mayoría civiles, y más de un millar de heridos en una Franja en la que Israel se centra ahora en los ataques a casas particulares, con 940 viviendas destruidas o gravemente dañadas, según el último informe de situación de la Oficina de la ONU para Asuntos Humanitarios (OCHA).
Después de siete días de enfrentamiento ninguno de los dos bandos parece querer dar el primer paso para un alto el fuego, tal y como se pide desde la comunidad internacional, y la situación corre peligro de convertirse en un callejón sin salida. Israel buscaba acabar con los cohetes, pero ya ha recibido más de mil proyectiles; y Hamás, en su momento más bajo de popularidad, se aferra a la lucha armada para recuperar el crédito perdido de la forma que mejor sabe hacerlo.
«En este momento el Gobierno israelí no está respondiendo a los esfuerzos encaminados a un alto el fuego porque primero queremos asegurarnos de que Hamás no va a tener ganas de hacer lo mismo dentro de un año o de seis meses», declaró a la radio militar el ministro de Economía, Yair Lapid. El jefe de la diplomacia hebrea, Avigdor Lieberman, se expresó en la misma línea y señaló a Ynet que «si la operación acaba ahora, nos quedará claro a todos que será sólo un paréntesis antes de la cuarta operación, y eso no merece la pena». Un planteamiento defendido por el sector más radical del Gabinete, que presiona para llegar hasta el final y lanzar la operación terrestre que parecía inminente el domingo tras la petición de desalojo del norte de la Franja. 17.000 palestinos viven desde entonces refugiados en colegios habilitados como albergues por la ONU .
Los responsables de Hamás consultados en Gaza tampoco piensan que es momento para el alto el fuego e insisten en que «Israel debe dar el primer paso y detener su agresión», según Fauzi Bargum, portavoz del grupo islamista. Los palestinos no quieren entrar en detalles, pero teniendo en cuenta los anteriores acuerdos las condiciones que pondrán sobre la mesa para detener la lluvia de cohetes serán el levantamiento del bloqueo que sufre Gaza desde 2006 y la liberación de los cientos de detenidos por Israel en la campaña de represión lanzada en Cisjordania tras el asesinato de tres colonos cerca de Hebrón a mediados de junio. Tanto Israel como Hamás están haciendo todo lo posible para llegar fuertes a la mesa negociadora en la que deberán sentarse tarde o temprano, como ya ocurrió en las operaciones de 2008 y 2012.