Sociedad

El cretense tiene swing

Diecisiete temas evocan el ambiente en que vivían los artistas de vanguardia que buscaron inspiración entre los años 30 y 50 en París y Nueva York El Museo del Prado edita una banda sonora a ritmo de jazz para recorrer la exposición 'El Greco y la pintura moderna'

MADRID. Actualizado: Guardar
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Unir los cuadros del Greco y el jazz puede parecer un empeño extravagante, algo así como maridar el agua y el fuego. Sin embargo, aparte de audaz, la empresa es posible. Lo acaba de hacer el Museo del Prado, que, en colaboración con Universal Music Spain, ha editado la banda sonora de la exposición 'El Greco y la pintura moderna', uno de los eventos más importantes que ha acometido la pinacoteca en los últimos años. 'El Jazz & la Pintura Moderna' es una 'jam session' compuesta por 17 temas que trazan el ambiente musical que se vivió entre los años 30 y 50 en las dos capitales del arte: París y Nueva York.

La iniciativa pretende establecer un diálogo entre música y pintura. Para ello han sido convocados grandes compositores e intérpretes del jazz, encargados de poner música a las 26 obras del Greco y 57 pinturas y 23 dibujos de Manet, Cézanne, Picasso, Chagall, Modigliani, Kokoschka, Pollock y Saura, entre otros creadores. Todos ellos sintieron la poderosa huella del artista cretense. Escuchar los acordes de la guitarra del gitano Django Reinhardt y retrotraerse a la ebullición artística de las vanguardias se antoja un experimento cuando menos interesante. Y contemplar los 26 lienzos del Greco a través de la mirada innovadora de artistas fundamentales del siglo XX supone ya la cuadratura del círculo.

Al margen de la extrañeza que pueda suscitar entre los puristas, la idea es una de las maneras más originales de celebrar el éxito de la exposición 'El Greco y la pintura moderna', uno de los platos fuertes del IV Centenario del fallecimiento de Domenicos Theotocopoulos. La muestra, que ya ha sido visitada por más de 35.000 personas desde su inauguración, indaga a partir de una perspectiva integradora la influencia del maestro cretense en el devenir de la pintura moderna.

De la mano de Django Reinhardt y el Quintette Du Hot Club of France el visitante puede revivir el París de las vanguardias. La melodía 'Manoir Des Mes Rêves' es uno de los mejores medios para adentrarse en aquel ambiente y evocar los cafés, los bistrós y los clubes de la época. Por esas fechas ese genio del swing que fue Count Basie iluminó con su piano la bohemia parisina.

El melómano puede recorrer los Campos Elíseos en compañía de Bernard Peiffer y su 'Midday On The Champs Elysées', una de las composiciones que más ayudan a amar París. Este pianista y director de orquesta de jazz francés, muy influido en sus comienzos por Erroll Garner y Fats Waller, logró acuñar un estilo propio cercano al hardbop.

Picasso, el divulgador

El saxofonista y clarinetista Coleman Hawkins, exponente del jazz más clásico, regala al espectador la pieza 'Picasso'. No se olvide que el genio malagueño fue crucial para difundir en el mundo la pintura del Greco.

Los promotores de la iniciativa consideran que 'Stompin At The Savoy' «es uno de los grandes tesoros ocultos de este recopilatorio». El tema fue compuesto en 1934 por Edgar Sampson como homenaje a las memorables noches de baile del Savoy, en el barrio neoyorquino de Harlem y famoso entre otras cosas, porque fue allí donde Ella Fitzgerald comenzó su carrera ese mismo año.

La delicadeza de 'A Sunday Kind Of Love', del soberbio pianista Oscar Peterson, invita a imaginar cómo debían de vagar los músicos del jazz al recorrer la Ciudad de la Luz en busca de inspiración. Seguramente era un sentimiento similar al que embargaba a los vanguardistas que tenían la oportunidad de perderse por las calles de Toledo. El clímax parisino del álbum llega a cargo del más francés de los compositores de jazz americanos, Sidney Bechet, admirado nada menos que por Duke Ellington.

No falta en este recorrido la bossa-nova, con lo que supuso de ruptura dentro del jazz. Este ritmo despejó el camino para que la música brasileña y sus instrumentos comulgaran en feliz armonía con el nuevo género.

Sonny Clark, prematuramente desaparecido a los 35 años, pone la nota intimista e introspectiva en esta banda sonora en torno los parajes artísticos de París y Nueva York. De su lado, las piezas de Glenn Miller, Count Basie y Benny Goodman intentan reproducir la dimensión universal de que goza el pintor nacido en Creta.

Chet Baker, con 'There Will Never Be AnotherYou' -la única pieza vocal-, pone broche de oro a 'El Jazz & la Pintura Moderna'. Quienes quieran seguir recreando en sus casas el paisaje musical de esas ciudades pueden comprar el disco en las tiendas del Prado por 10,5 euros.