campo de gibraltar

Un mito que se derrumba

Un informe encargado por el Defensor del Pueblo desmiente la relación directa entre las fábricas del Campo de Gibraltar y los casos de cáncer en la zona

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Cuando uno observa el humo saliendo de las chimeneas de las diversas industrias ubicadas en el Campo de Gibraltar resulta difícil no caer en la creencia de que esas partículas influyan de alguna manera en la salud de quienes habitan a diario con ella. Más complicado es todavía cuando las estadísticas recogen una tasa de sobremortalidad por encima de la media andaluza y española, sobre todo en casos de cáncer y enfermedades cardiorrespiratorias. Cuando los números gritan se hace indispensable encontrar una causa que sea capaz de explicar la anómala situación y en esta búsqueda lo más fácil es dirigir la mirada hacia el polo petroquímico más cercano. Durante años, diversas asociaciones ecologistas como Verdemar o Ecologistas en Acción han denunciado una y otra vez la vinculación estrecha entre la presencia industrial y un aumento de las enfermedades de los habitantes de la comarca gibraltareña en comparación con otras zonas de Andalucía y España. Sin embargo, un informe encargado por el Defensor del Pueblo a la Sociedad Española de Epidemiología rompe con este mito al asegurar que existen otros muchos y variados condicionantes que han provocado que durante décadas exista una tasa de sobremortalidad mucho más alta en el Campo de Gibraltar. «No existe una única y exclusiva causa», explica el Jefe del Servicio de Medicina Preventiva y Salud Pública de Hospital Puerta del Mar y uno de los autores de este estudio, Antonio Escolar. «Hay muchos factores que no actúan de forma aislada si no que se interrelacionan entre ellos».

Para explicar la situación actual hay que remontarse varios años, incluso décadas, puesto que las principales enfermedades responsables de la sobremortalidad (cáncer, cardiovasculares o respiratorias) «tienen un periodo largo de lactancia». «El riesgo de que desarrolles una de estas enfermedades crónicas en edades avanzadas o adultas depende de lo que haya ocurrido 30, 40, 50 o incluso 60 años antes», explica Escolar. Este investigador asegura que la población «tiene la tendencia de evaluar las situaciones actuales de los problemas de salud con lo que está ocurriendo en ese mismo momento».Algo que podría ser efectivo en algunos casos como con las alergias «pero lo habitual es que sea lo que ocurre a lo largo de la vida lo que finalmente conduce a que en momentos determinados aparezca una enfermedad».

Ya en los años 60, un informe epidemiológico constató la desproporcionada tasa de sobremortalidad en la comarca del Campo de Gibraltar. Años más tarde, el ‘Atlas de la mortalidad por cáncer en la provincia de Cádiz entre 1975 y 1979’ (en el que también participó Escolar) reflejaba la necesidad de volver varias décadas en el tiempo para encontrar las causas y los condicionantes del empeoramiento de la salud de los residentes en esta zona y remitía a una época previa a la industrialización de la zona. De hecho, el dictamen retrocede hasta los años 20 del siglo pasado para buscar los posibles condicionantes.

El contexto

Entre ellos prima de forma absoluta las circunstancias económicas y sociales de esta comarca que aún a día de hoy sigue teniendo serias dificultades para salir adelante. De hecho, asegura que «la mayor mortalidad de la población en el Campo de Gibraltar y el suroeste de Andalucía respecto a España se ha debido fundamentalmente a ciertos tumores, enfermedades cardiovasculares, respiratorias e infecciosas asociadas fuertemente a estilos de vida como el tabaco, la dieta, el sedentarismo o el consumo de alcohol», aunque también hace referencia «a factores medioambientales y laborales». Aunque no lo llega a afirmar con rotundidad sí que sugiere que ciertos condicionantes sociales que caracterizan esta comarca (como el empobrecimiento, el desempleo o la exclusión social) «en el pasado o en la actualidad, han tenido una importante influencia tanto sobre la mortalidad» por la enfermedades antes mencionadas como «sobre los estilos de vida». Así, señala que el patrón de mortalidad más frecuente entre los hombres (afecciones cardiovasculares, y cáncer de pulmón, laringe, cavidad bucal y faringe, esófago y vejiga) está asociado al tabaquismo, especialmente elevado entre los hombres en el pasado y que ha aumentado también entre las mujeres. El informe subraya que el tabaquismo ha influido de forma determinante no sólo por su consumo sino por las repercusiones sociales que trae consigo. El documento asegura que este aspecto es una pieza fundamental del contexto social que ha condicionado el hábito de fumar de sus habitantes a lo largo de siglos, y que a remolque de la actual crisis, o para amortiguar sus consecuencias, sigue haciéndolo. No hay que pasar por alto que en 2013 Andalucía concentró el 78% de las infracciones por contrabando de tabaco de toda España, de los cuales la mitad fueron registrados en la comarca del Campo de Gibraltar.

Esta situación se deriva de los años de subdesarrollo social a la que se ha estado sometida la zona. Así lo recoge el dictamen y el propio Antonio Escolar en su libro ‘Sobremortalidad por cáncer en el Campo de Gibraltar. El medio social, la piedra clave’, en el que queda patente las «pésimas condiciones de vida» que tenían los habitantes de la comarca hasta poco antes de la década de los 60 del pasado siglo, cuando se puso en marcha el polígono industrial. Infraestructuras básicas inexistentes, infraviviendas, alimentación deficitaria, desempleo elevado, trabajo precario y escasez de recursos han sido unos condicionantes muy severos cuyos efectos se pueden contemplar aún hoy en la población mayor de 65 años.

Aunque los expertos ubican el contexto social como la base de los problemas de salud, sí que reconocen que la población está expuesta a niveles de contaminantes atmosféricos que, en ocasiones, «sobrepasan lo establecido en la vigente normativa europea y española». Si bien recoge que los problemas de calidad del aire son comparables con otras zonas como la Ría de Huelva y Bailén, destaca una presencia importante de dióxido de azufre derivado de la producción de energía eléctrica, la industria petroquímica y el tráfico marítimo. Aún así, los expertos que han participado en el informe aseguran que «no es posible establecer una relación causa-efecto entre un contaminante atmosférico concreto y la mayor mortalidad de la población».

Aunque en las últimas décadas la tasa de sobremortalidad del Campo de Gibraltar se ha ido acercando a la media española, la actual situación de crisis puede provocar que a largo plazo se pueda volver a distanciar puesto que esta comarca está siendo una de las más castigadas. Por eso, los expertos insisten en la necesidad de actuar ahora tanto en la educación como en las ayudas sociales.