Vecinos de Gaza observan la columna de humo levantada por el impacto de un misil. :: AFP
MUNDO

Gaza cuenta las horas para la invasión israelí

La ONU tiene listo su plan de emergencia a lo largo de la Franja para la «llegada masiva de desplazados»

RAFAH. Actualizado: Guardar
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Gaza cuenta las horas que faltan para que Benjamín Netanyahu dé la orden a sus tropas de iniciar la invasión terrestre. El primer ministro de Israel volvió a repetir que «todas las opciones están sobre la mesa» para lograr «el objetivo final que es garantizar la seguridad de nuestros ciudadanos», pero hasta el momento, pese a la intensidad de unos bombardeos que ya han matado a más de cien personas, su Ejército ha sido incapaz de frenar la lluvia de cohetes. Este desafío balístico es el que puede empujar a Netanyahu a dar una orden que no se produce desde 2008, durante la operación 'Plomo Fundido'.

Más de 570 proyectiles han salido de la Franja desde el estallido de la crisis, según cifras ofrecidas por la seguridad israelí, sin causar hasta el momento víctimas mortales, pero sí heridos y daños materiales. Los milicianos palestinos demuestran cada día que tienen capacidad para llegar a Jerusalén y Tel Aviv y lanzaron cuatro cohetes de largo alcance M75 contra el aeropuerto internacional Ben Gurión de la capital, aunque no alcanzaron su objetivo. Israel y las milicias palestinas mantienen el intercambio de golpes ajenos a la oferta de mediación del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, el último en sumarse a las voces de la comunidad internacional en pedir un alto el fuego que frene la escalada de tensión.

Los nervios ante la posible llegada por tierra de los israelíes se palpan especialmente en lugares como Rafah, en el extremo sur de la Franja, uno de los puntos más castigados por la aviación y artillería y una de las puertas de entrada por las que optarán los israelíes en caso de invasión terrestre debido a su valor estratégico.

Esta ciudad, célebre por los túneles que unen Gaza con Egipto y que durante años han sido el principal punto de abastecimiento gracias al contrabando que burlaba el bloqueo israelí, fue escenario del último error de un ataque quirúrgico contra domicilios de milicianos y líderes de las milicias palestinas. El jueves, siete miembros de la familia Al-Hadj murieron en Jan Younis y 24 horas después cinco miembros de la familia Ghanam perdían la vida tras el impacto de un misil contra su vivienda en la calle Yebna de Rafah, sólo sobrevivió un bebé. Sus nombres se sumaron a una lista elaborada por las autoridades sanitarias locales que ya supera el centenar de personas fallecidas. El ataque se produjo a las cinco y media de la mañana y sin la habitual llamada previa que realiza Israel para dar un margen de cinco minutos para la evacuación.

«Eran inocentes, una familia humilde de comerciantes que no tenía nada que ver con la resistencia», afirma Amin Hadj, vecino de los fallecidos. El misil, sin embargo, estuvo cerca de dar en su objetivo ya que en el edificio adyacente «son muy próximos a Yihad Islámica», comenta un vecino. Pese al dolor y la destrucción, no hay reproches. «Es imposible ir casa por casa para saber quién es quién, no hay lugar en Gaza donde no haya gente próximas a las milicias, en todas tenemos a alguien», apunta Mohamed Hassan, cuya casa también ha sufrido graves desperfectos tras el ataque israelí.

«Informes preocupantes»

Después de golpear a más de «mil objetivos», según cifras israelíes, los ataques más recientes se dirigen a casas particulares lo que podría violar las leyes de la guerra y la legislación internacional sobre derechos humanos, según la ONU. «Hemos recibido informes preocupantes sobre víctimas civiles, entre ellas niños, a consecuencia de los ataques aéreos contra viviendas», declaró Ravina Shamdasani, portavoz de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, que mostró sus dudas sobre si «estos ataques se ajustan a las leyes humanitarias internacionales y a la legislación internacional de derechos humanos».

La comunidad internacional llama a las dos partes al diálogo, pero tanto Hamás como Israel se muestran reacios a dar el primer paso. La desconfianza generada por el fracaso de acuerdos anteriores de alto el fuego pesa demasiado sobre los líderes de ambos lados. Benjamín Netanyahu calificó de «muy buena» y «positiva» la conversación que mantuvo por teléfono con Barack Obama, pero la oferta de mediación estadounidense no parece suficiente. También la canciller alemana, Angela Merkel, habló con el primer ministro israelí, pero este subrayó que «la presión internacional no va a evitar que actuemos con toda la fuerza necesaria».

A la aviación y barcos se le podría sumar en breve un ataque por tierra y la ONU tiene listo su plan de emergencia para recibir «la llegada masiva de desplazados» de las zonas donde entren los israelíes, según fuentes del organismo internacional consultadas en la Franja. Se han equipado escuelas a lo largo de toda Gaza para acoger a 50.000 personas, pero de momento están cerradas porque «no queremos crear pánico entre la población, sólo cuando tengamos la certeza de que la invasión es inminente abriremos los centros de forma oficial».

Hasta el momento los ataques israelíes han destrozado 300 viviendas y muchos de los que se han quedado sin hogar son quienes, de forma provisional, acuden a estos colegios de Naciones Unidas que en los próximos días pueden convertirse en refugio para miles de palestinos.