Rajoy y Mas se verán las caras en la Moncloa tras casi un año de relaciones rotas
La cita, posiblemente este mes, permitirá retomar el diálogo institucional, pero parece condenada a la nada por el pulso con la consulta
MADRID / BARCELONA.Actualizado:Mariano Rajoy y Artur Mas revisan desde ayer sus agendas para reunirse un año después en la Moncloa. Una cita aún sin fecha, pero que todo apunta a que se producirá este mes. La noticia la dio la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, quien desveló que los responsables del Gobierno y de la Generalitat mantuvieron ayer, por fin, una breve, pero «cordial» conversación telefónica, la primera en muchos meses, con la que dieron por terminado su juego político de los últimos días.
La Moncloa no aclaró quién llamó a quién, pero el Gobierno catalán precisó que Mas envió a Rajoy un correo electrónico y que el presidente del Gobierno le respondió con una llamda telefónica. Un gesto con el que pusieron fin a un enredo casi infantil. Rajoy decía estar dispuesto a recibirle en cuanto se lo pidiese y Mas aseguraba que ya se lo había solicitado el 19 de junio sin obtener respuesta.
La última vez que se vieron en la residencia del jefe del Ejecutivo en Madrid fue en agosto de 2013, en un encuentro secreto cuya existencia se filtró horas después, y que solo sirvió para constatar las visiones antagónicas de ambos sobre el problema del encaje de Cataluña en España y su incapacidad de encontrar la forma de aliviar la olla a presión del desafío soberanista.
La reunión de los próximos días entre el presidente del Gobierno y el de la Generalitat, de la que nadie espera avance político alguno, al menos podrá fin a casi un año de inexistencia de diálogo al más alto nivel entre ambas instituciones.
Las relaciones entre los dos presidentes, muy deterioradas desde que Mas activó en diciembre de 2012 junto a Esquerra la hoja de ruta secesionista, se congelaron definitivamente un año después, cuando el jefe del Ejecutivo catalán, con el apoyo de sus socios soberanistas, puso fecha y preguntas concretas al referéndum de autodeterminación de forma unilateral y sin siquiera avisar de ello a Rajoy.
La ruptura del diálogo se produjo justo cuando varios intermediarios, sobre todo el número dos de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, maniobraban entre bambalinas y estaban cerca de lograr otro encuentro en la Moncloa, cita que desde el verano era perseguida por Mas.
El enfado de Rajoy por el desplante fue enorme, y uno y otro no han disimulado su incomunicación. Mostraban su disposición a verse, pero no hacían nada por encontrarse.
El gato y el ratón
Rajoy demostraba sus escasas ganas de ver a Mas cuando repetía que podía ahorrarse el viaje a Madrid si de lo que quería hablar era del referéndum «ilegal». El presidente de la Generalitat, que se sentía desdeñado en sus discretas gestiones por lograr la reunión, tomó las medidas necesarias para ni siquiera coincidir con su homólogo español en su reciente visita a Barcelona.
La agenda del encuentro está aún sin pactar, pero no parece que vaya a haber temas tabú. Pero que nadie espere entendimientos en la confrontación territorial. El jefe de la Generalitat no oculta su intención de explicar a Rajoy que va a realizar la consulta soberanista el 9 de noviembre y le pedirá que, ya que no ha querido permitir que se celebre con la legislación nacional, la autorice con la ley de consultas que ultima la cámara catalana. También le propondrá que si tiene una oferta que hacerle de nueva relación entre España y Cataluña la incluirá en las preguntas, como alternativa al nuevo estado.
Rajoy le dejará claro que no permitirá ni referéndum ni consulta porque el Congreso y el Constitucional han dicho que es «ilegal», que hablará dentro del marco legal, y que solo aceptaría una reforma constitucional que dé más autogobierno a Cataluña si hay un amplio consenso sobre qué hacer, posibilidad que no ve hoy en absoluto.
Con independencia de cómo acabe la reunión, los partidos soberanistas mantienen su hoja de ruta con vistas a celebrar la consulta. La ponencia que elabora la ley de consultas celebró ayer su última reunión parlamentaria. Gran parte de la norma ha sido consensuada por CiU y Esquerra, que suman mayoría absoluta, mientras que PSC, Iniciativa y CUP darán un apoyo parcial, y PP y Ciutadans se opondrán. El texto final será votado el miércoles que viene en la Comisión de Asuntos Institucionales del Parlamento autonómico y, a finales de septiembre, por el pleno. Acto seguido, Mas podrá firmar el decreto de convocatoria.
A grandes rasgos, la ley de consultas permitirá el voto a todos los ciudadanos empadronados en Cataluña, tanto españoles como europeos y extracomunitarios mayores de 16 años, así como de los catalanes residentes en el exterior. El censo se elaborará a partir del registro de población, una información del Instituto de Estadística Catalán que unifica los datos de los padrones municipales, y el decreto de convocatoria de la consulta deberá firmarse entre 30 y 60 días antes del 9 de noviembre, la fecha prevista para la consulta.