MUNDO

El incómodo silencio de Washington

NUEVA YORK. Actualizado: Guardar
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La Casa Blanca optó ayer por el silencio para no inflamar aún más las relaciones con Alemania, que han tomado un cariz aún más tenso al echar ese país al máximo jefe de la inteligencia estadounidense en Berlín. «Hemos visto los informes y no tenemos ningún comentario sobre un supuesto asunto de inteligencia», dijo la portavoz del Consejo de Seguridad Nacional Catlin Hayden. «Sin embargo, nuestra relación de seguridad y de inteligencia con Alemania es muy importante y mantiene seguros tanto a alemanes como a estadounidenses», matizó. «Es esencial que esta cooperación continúe en todas las áreas, así que continuaremos en contacto con los alemanes a través de los canales adecuados».

Desde que se descubriera que los ataques del 11-S de 2001 fueron planeados por la Célula de Hamburgo, a la que pertenecía el líder del grupo, Mohamed Atta, y los terroristas que pilotaron tres de los aviones estrellados, la cooperación antiterrorista con el país dirigido por Ángela Merkel ha sido fundamental.

Estados Unidos también ha necesitado de su ayuda para negociar con Irán un alto a su programa nuclear, a lo que en los últimos tiempos se ha sumado la necesidad de que Alemania liderase a Europa en las sanciones contra Rusia por la invasión de Ucrania. Aunque renuente, el Gobierno de Angela Merkel no le ha fallado a Barack Obama, hasta ahora.

Para el congresista demócrata Adam Schiff, miembro del Comité Permanente de Inteligencia de la Cámara Baja, la actual crisis entre los dos países pone de manifiesto «el coste real que se paga cuando se espía a un aliado», dijo a CNN. «Sin entrar en los méritos de estas acusaciones, Estados Unidos tiene que sopesar si los beneficios de la información que obtiene superan el daño que puede hacer», explicó.