La empresa que remodeló la sede del PP calla los pagos en B

Nada nuevo bajo el sol en la causa de la 'caja B' del PP. Quizá lo más novedoso de la segunda jornada de declaraciones en la Audiencia Nacional fueron los «vagos e irreales» argumentos de la imputada Belén García, socia de Unifica, la empresa que reformó la sede nacional del PP y que el juez Pablo Ruz sostiene que se pagó en parte con dinero negro procedente del depósito del partido, 888.000 euros.

La acusada de delitos contables, fiscales y falsedad documental compareció ayer en el juzgado con la lección bien aprendida, según algunos abogados presentes en el interrogatorio. Negó que manejara dinero negro o que tuvieran una caja de seguridad donde ingresara los pagos provenientes de la tesorería del PP, manejada por Luis Bárcenas.

Y no tuvo reparos en defender que en realidad esa «caja de seguridad» de Unifica que aparece en el centro de la investigación era «un depósito para gastos diarios, bolis, galletas, cacharros y cosas varias del día a día...», según detallaron las citadas fuentes.

El juez Pablo Ruz, instructor del 'caso Gürtel' y la 'caja B' del PP, le preguntó por correos electrónicos internos que le incriminan, pero la imputada se salió por la tangente con respuestas «curiosas». Las «facturas piratas» eran de empresas que se retrasaban con el pago, dijo, y las menciones a «cobros en B» serían más bien de «dinero en metálico», añadieron los informantes.

Asimismo, Belén García, socia del arquitecto Gonzalo Urquijo, imputado también en la causa por diversos delitos, confirmó que ambos se acogieron a la amnistía fiscal del Gobierno para regularizar sus cuentas en el extranjero. En su caso fue poco más de un millón de euros, de los que pagó al fisco de penalización 109.000 euros. Por último, García no dio una explicación «razonable» sobre la coincidencia de un apunte de los 'papeles secretos' de Luis Bárcenas, una salida de dinero a Uquijo, y el ingreso que ese día hizo la empresa en su «cajita azul».