La presidencia del Eurogrupo se complica para España
Bruselas se suma a Berlín y ve difícil crear ahora una dirección permanente de los ministros de Finanzas a la que aspira Guindos
BRUSELAS.Actualizado:Cuando en Bruselas se hable de dinero y surjan dudas sobre qué ocurrirá, la incógnita se resuelve relativamente rápido: ¿qué ha dicho Wolfgang Schäuble? Pues eso. El todopoderoso ministro alemán de Finanzas vertió esta semana un jarro de agua helada sobre las aspiraciones españolas para ocupar una hipotética presidencia permanente del Eurogrupo, el consejo de ministros de Economía de la moneda única. No es que apueste por su colega Luis de Guindos, gran aspirante, el problema es que no cree en el puesto. «No creo que sea necesario. La Eurozona funciona ahora muy bien así», recalcó en una entrevista publicada el lunes en el prestigioso 'Financial Times'. A Rajoy, por lo tanto, se le complica sobremanera la operación retorno a la cúpula económica de la UE.
Además, la opinión de la mano derecha de la canciller, Angela Merkel, no es ni mucho menos aislada. «Es improbable. Este puesto podría solaparse con el de comisario de Asuntos Económicos», asegura un alto funcionario comunitario. Mañana, el Eurogrupo volverá a reunirse en Bruselas pero no está previsto que se aborde esta cuestión, legada a las negociaciones emprendidas hace ya varias semanas entre los jefes de Estado y de gobierno. ¿Y Guindos? Volverá a ser preguntado y su respuesta volverá a ser la misma de siempre: «Ocupo el puesto más importante tras la presidencia del Gobierno y estaré allí donde el presidente me pida». Así lo confirmaron a este medio fuentes de su equipo, que eluden pronunciarse hasta que el próximo día 16 se trate esta cuestión en Bruselas.
Será en la cumbre de jefes de Estado y de gobierno destinada a elegir a la persona que sustituirá a Herman Van Rompuy al frente del Consejo Europeo y a Catherine Asthon en la Alta Representación Exterior. En la cena informal también estará el nuevo presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker (será ratificado por la Eurocámara un día antes). No hay que olvidar que el luxemburgués ha sido uno de los muchos líderes comunitarios que ha admitido que España está «infrarrepresentada» en la cúpula de la UE. Un matiz no menor.
En la decisiva cumbre, uno de los principales exámenes europeos al que se ha enfrentado Mariano Rajoy, también está previsto que se hable de la nueva organización económica tanto de la UE (28 Estados) como de la zona euro (18). Y aquí es donde España, que lo ha fiado todo a lograr el Eurogrupo, se la juega.
¿En la Comisión?
Fuentes diplomáticas recalcaron que el objetivo de Moncloa es colocar a Guindos al frente del consejo de ministros de Finanzas de la Eurozona y lograr una comisaría potencia de índole económico ligada a una vicepresidencia. El puesto, en teoría, sería para el ex ministro y eurodiputado Miguel Arias Cañete. Pero todo está tan abierto que el cambio de cromos podría incluso llevar a Guindos a la Comisión, a dirigir un departamento económico relevante, y a Cañete mantenerlo en el Parlamento.
Si la presidencia permanente del Eurogrupo finalmente no se crea, Rajoy lo tendría muy difícil para poder vender un éxito político en su regreso a España. El 7 de marzo, en la cumbre del PP europeo celebrada en Dublín, se aseguró 'sotto voce' que Rajoy había logrados cuantiosos réditos de Merkel por haber apoyado a su candidato en las elecciones europeas, a Juncker, precisamente. Llega el momento de la verdad, de los hechos. Porque si España consigue «una vicepresidencia y una comisaría económica potente», el logro distaría mucho de ser considerado un éxito. Sólo se cubriría el expediente porque ahora, el país ya cuenta con ellas.
La casuística es amplia. Por ejemplo, España podría asumir a partir de noviembre la presidencia del Eurogrupo como ahora está concebido (su titular compagina la labor nacional con la comunitaria durante dos años y medio) en caso de que el actual responsable, Jeroen Dijsselbloem (acaba mandato en junio de 2015) sea el candidato de Holanda para ocupar el cargo de comisario. «Si se da la vacante, se votaría y el mandato de dos años y medio comenzaría de cero», explican fuentes del Eurogrupo.
Esta solución despierta ciertas reticencias en Bruselas. El año que viene hay elecciones generales y el PP tendrá muy difícil revalidar la mayoría absoluta de la que ahora goza. ¿Y si en septiembre y octubre existe un cambio de color político en Moncloa? Guindos tendría que dejar el cargo y el puesto se sometería de nuevo a votación en el Eurogrupo. Quizá demasiadas complicaciones para unas instituciones bruselenses poco dadas a la improvisación y el cambio.