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El exdirector técnico de la NSA, William Binney. :: H. HANSCHKE / EFE
MUNDO

El espionaje alemán descubre a un 'topo' al servicio de EE UU

Había entrado en contacto con Washington mediante un correo electrónico dirigido a su Embajada en Berlín e intentaba colaborar también con los rusos

JUAN CARLOS BARRENA
BERLÍN.Actualizado:

La novela por entregas sobre las actividades de espionaje de Estados Unidos en Alemania, supuestamente uno de sus más importantes aliados, tiene un nuevo capítulo que enturbia aún más las relaciones bilaterales. El propio Gobierno alemán se vio obligado ayer a confirmar que los Servicios Federales de Inteligencia (BND), la agencia alemana de espionaje exterior, han tenido durante años un topo al servicio de Estados Unidos. El agente doble, un hombre de 31 años de edad que fue detenido este miércoles, recababa documentos secretos que entregaba a cambio de fuertes sumas de dinero. Steffen Seibert, portavoz de la canciller federal, Angela Merkel, reconoció que se trata de «un caso sumamente grave» que «no puede ser tomado a la ligera», aunque el Gobierno esperará al fin de las investigaciones para tomar medidas.

Los ministros de Justicia, Interior y Exteriores, así como la propia canciller federal, fueron informados de la detención por la Fiscalía Federal, según Seibert, este jueves. El doble agente, actualmente en prisión preventiva, fue descubierto no por su trabajo como topo de Estados Unidos sino por tratar de ampliar su pluriempleo. Al parecer, el Servicio Federal para la Defensa de la Constitución, la agencia alemana de contraespionaje, interceptó hace unas semanas un correo electrónico en el que se ofrecía también como topo al espionaje ruso.

Medios alemanes aseguran que el detenido recabó y almacenó en un 'memory stick' entre 200 y 300 documentos internos y secretos del BND sobre distintos temas, incluso sobre el trabajo de la comisión parlamentaria que investiga el escándalo de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) estadounidense por sus escuchas ilegales en Alemania, también de uno de los móviles de Merkel.

El agente doble, que ha confesado ampliamente ante los responsables de la investigación, contactó de la manera más simple posible con sus interlocutores estadounidenses. Envió un correo electrónico a la embajada de EE UU en Berlín ofreciendo sus servicios, que fueron aceptados de buen grado. El propio presidente del BND, Gerhard Schindler, informó ayer a la comisión parlamentaria durante una reunión extraordinaria de que el topo cobró por sus servicios varias decenas de miles de euros y que entregaba la información recabada en citas que tenían lugar en la vecina Austria.

La vía diplomática

El caso ha puesto los pelos de punta al Gobierno federal, ya que la investigación no ha hecho sino comenzar y sus consecuencias son impredecibles. El ministerio alemán de Exteriores citó ayer en sus oficinas al embajador estadounidense en Berlín, John B. Emerson, para pedir explicaciones y la colaboración de Washington para esclarecer el asunto. Una medida sin precedentes.

Los miembros de la comisión parlamentaria que investiga el escándalo de la NSA se mostraron también indignados ante el hecho de que su trabajo podía estar siendo objeto de espionaje. La Constitución establece que el Parlamento controla los servicios secretos. «El simple intento de darle la vuelta es un caso para la Fiscalía Federal y debe ser objeto de duras consecuencias diplomáticas», dijo Konstantin von Notz, miembro de ese gremio parlamentario. También los socialdemócratas, socios de Merkel en el gobierno, reclamaron una investigación profunda.