MUNDO

Cisjordania enseña los dientes a Israel

Los últimos sucesos apuntan a un cambio en la aceptación por los palestinos de una ocupación cómoda para el poder judío

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Jerusalén Este despidió a Mohamed Abu Khudar al grito de «¡Intifada, intifada!». Miles de palestinos se congregaron en el distrito de Suafat tras el rezo del mediodía para dar el último adiós al palestino de 16 años cuyo cuerpo apareció en un bosque de la ciudad el miércoles. Radicales de extrema derecha judíos, según las autoridades palestinas, se tomaron la justicia por su mano y vengaron el secuestro y asesinato de tres colonos, dos de ellos menores de edad, el 12 de junio a las afueras de Hebrón. Una especie de ojo por ojo macabro que ha provocado ya 72 horas de disturbios en la ciudad santa y ha elevado la tensión en la franja de Gaza donde Egipto trata de mediar entre Israel y Hamás, grupo al que el estado judío culpa del asesinato de sus tres jóvenes, para evitar un nuevo choque a gran escala, según confesó un responsable del grupo islamista a la agencia AFP.

La familia de Mohamed recibió el cuerpo a primera hora de la mañana, después de que las autoridades israelíes le practicaran la autopsia. Las imágenes posteriores fueron las que el mundo ha visto en innumerables ocasiones en las últimas décadas. El cadáver de un palestino en una caja forrada con la bandera nacional a hombros de una masa tan enfurecida como impotente ante la fuerza ocupante. Los más jóvenes esperaron al final del entierro para cubrirse las caras y lanzar piedras y cócteles molotov contra el infinito despliegue policial. La respuesta fue a base de pelotas de goma y gases lacrimógeno. En las formas parecía una batalla campal más de las que se producen cada semana, pero en el fondo los últimos sucesos en el conflicto apuntan a un nuevo escenario en una ocupación que en los últimos años se había convertido en muy cómoda para las autoridades judías gracias a la colaboración del presidente Mahmoud Abás.

A diferencia de Hamás en Gaza, Fatah defiende la vía de la resistencia pacífica y 2012 fue el año más simbólico de esta apuesta ya que ni un solo israelí perdió la vida en Cisjordania, pese a que la ocupación prosigue a un ritmo imparable. «Los días de la ocupación barata han terminado», vaticina el analista Noam Sheizaf, en la web especializada +972, que no habla de una tercera intifada, pero sí de «el comienzo de una nueva era en Cisjordania». La respuesta de las autoridades israelíes ha sido muy diferente ante las muertes de los tres judíos y el joven palestino. Al asesinato en Hebrón de los tres colonos le ha seguido una ofensiva militar que ha costado la vida a siete personas y se han practicado 475 detenciones, en su mayoría miembros de Hamás. Tras la muerte del joven palestino el primer ministro, Benjamín Netanyahu, ha anunciado «la apertura de una investigación», pero hasta el momento no hay un solo detenido.

Desgaste diplomático

Tras las detenciones masivas en Cisjordania, Tel Aviv ha movilizado a sus tropas en la frontera con Gaza para presionar a Hamás. Grupos palestinos han lanzado más de medio centenar de morteros y cohetes en los últimos días e Israel recurre a los bombardeos de aviación y artillería. El gabinete de Seguridad israelí está dividido, mientras el sector más radical pide una ofensiva en la línea de la bautizada como 'Pilar Defensivo', de noviembre de 2012, otras voces prefieren dejar trabajar a los servicios de inteligencia y no arriesgarse a probar los nuevos cohetes de las milicias palestinas, que hace dos años ya demostraron capacidad para alcanzar Tel Aviv. Este segundo bloque opta por el desgaste diplomático a Mahmoud Abás para que rompa el pacto alcanzado con Hamás en abril y así volver a dividir a los palestinos.

«Tenemos previstas dos opciones en el sur: o los disparos contra nuestras comunidades cesan y nuestras operaciones se detendrán también, o estos continúan y nuestros refuerzos en la zona actuarán con determinación», advirtió el primer ministro, Benjamin Netanyahu. El ministro de Exteriores, el ultraderechista Avigdor Lieberman, mostró públicamente su oposición a un alto el fuego porque «Hamás continúa desarrollando cohetes que pueden llegar a Tel Aviv. Todo lo que estamos haciendo es posponer el problema en vez de buscar la solución». La respuesta sobre cuál de las dos opciones es la elegida se conocerá en las próximas horas.