Doñana urge a las administraciones a cumplir los deberes impuestos por la Unesco
SEVILLA. Actualizado: GuardarEl Consejo de Participación de Doñana mete prisa a las administraciones central y autonómica para que cumplan los deberes que le ha puesto la Unesco en su reciente reunión de Doha, de modo que la tarea esté hecha en febrero próximo, cuando la comisión del organismo internacional visitará el parque.
Así, Gobierno central y Junta de Andalucía deberán garantizar que no se va a hacer el dragado del Guadalquivir si supone ninguna profundización. Aunque los representantes de ambas, tanto el secretario d e Estado de Medio Ambiente, Federico Ramos, como la consejera, María Jesús Serrano, garantizan que se extremará el cuidado en la DIA (Declaración de Impacto Ambiental), para Ecologistas en Acción el dictamen de la Unesco supone guardar el dragado «en el baúl de los recuerdos», dijo Juan Romero, representante del colectivo en el consejo, tras la reunión celebrada en la mañana de ayer.
Asimismo, y según el acuerdo de Doha, las administraciones deberán garantizar que no habrá daños en el parque nacional por la reapertura de la mina de Aznalcóllar y que no se almacenará gas en el subsuelo del Doñana, como proyecta Gas Natural.
También, y es tarea para la Confederación Hidrográfica, han de controlar la situación del acuífero puesto que ahora hay peligro de sobreexplotación. Igualmente, han de ordenarse los cultivos agrícolas en la corona forestal de Huelva y deberá vigilar las muertes de linces a causa de atropellos.
Aunque no hay peligro de que Doñana entre en la 'lista roja' de los bienes patrimonio de la humanidad que se encuentran en riesgo, las advertencias de Doha deben ser cumplidas. En este sentido, la consejera de Medio Ambiente, María Jesús Serrano, valoró que Doñana mantiene todos sus valores.
El consejo de participación abordó también la necesidad de que las hermandades rocieras de Huelva se responsabilicen de las basuras a su paso por el coto y mostró su inquietud por las poblaciones de águila imperial, así como por la muerte de linces por disparos y la presencia de cebos envenenados.