IBI, ingresos de la comunidad autónoma y préstamos salvan las cuentas municipales
Un informe del Tribunal de Cuentas sobre la crisis anima a Chiclana «a continuar la senda de medidas iniciada» y a mejorar su liquidez
CHICLANA. Actualizado: GuardarEl aumento de ingresos por los Impuestos sobre Bienes Inmuebles (IBI), por los ingresos procedentes de la Comunidad Autónoma y el préstamo solicitado en el Plan de Ajuste son las principales causas del actual superávit que lucen con orgullo las arcas municipales. Esa es una de las conclusiones que se extraen del informe publicado ayer por el Tribunal de Cuentas del Estado en el Boletín Oficial. Concretamente, se trata de un documento en el que se aborda «las medidas adoptadas por las entidades locales para adaptarse a la disminución de ingresos, fundamentalmente, de los procedentes de la gestión urbanística». Así, las cuentas del Ayuntamiento de Chiclana, junto con las de otros 13 consistorios españoles, son expuestas a modo de muestra representativa. Y lo cierto es que la gestión chiclanera no sale mal parada.
El análisis se detiene con lupa sobre detalles como ingresos, gastos o deuda contraída en un periodo que va entre los ejercicios de 2007 a 2012. Se trata, por tanto, de un periodo por tanto interesante en el que se analiza incluso la transición en la gestión económica producida con el cambio de gobierno tras las últimas elecciones municipales.
Entre los datos expuestos, resulta especialmente significativa la variación que experimentan los ingresos por el IBI desde 2007 hasta 2011, con un incremento en la recaudación del 80%. Así pasa de 14.362.000 euros en 2007 a los 25.864.000 euros de 2011. Este incremento se suma a las transferencias corrientes recibidas por la comunidad autónoma que pasaron de 1.969.000 euros de 2007 a los 5.916.000 euros de 2011, lo que supone un 200% más. El incremento de ambas partidas frenó uno de los datos que motivan el análisis, la caída de la construcción. Así en el citado periodo la recaudación del Impuesto de Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO), descendió un 76% (de los 4.465.000 euros a los 1.071.000 en 2011). Igualmente, el incremento de un 37% de otras tasas (lo que llevó a ingresar 2.794.000 euros más) salvó el balance de ingresos corrientes del Ayuntamiento. Dicha mejora se producía heredada de una situación anterior en la que, como recalca el Tribunal, la desaparecida Gerencia de Urbanismo «contaba con ingresos insuficientes para atender los gastos». Todo ello, en unos ingresos generales en los que fueron creciendo año tras año dichos ingresos ordinarios y los ingresos financieros, con la caída de los ingresos por capital (procedentes de fondos estatales desaparecidos en los años de la crisis). «La crisis ha tenido en el Ayuntamiento de Chiclana una incidencia limitada gracias a los gastos corrientes», resalta el informe.
De hecho, en él se relata cómo se ha incrementado la recaudación por medio de la subida de tasas. En el caso del IBI, explica cómo, aunque en 2007 «ya era rentable» pero se incrementa en 13 puntos su recaudación ya que, aunque «bajó el tipo impositivo», la revisión de valores e incremento de unidades catastrales produjo «variaciones muy positivas en este ingreso principal de la entidad».
El Tribunal se muestra especialmente duro con los distintos planes de reducción del déficit realizado por el anterior equipo de gobierno, desde 2009. Todo ello, mientras alaba cómo el Plan de Ajuste 2012-2022 aprobado por el ya gobierno popular consigue alcanzar "la estabilidad presupuestaria", después de requerir un préstamo de 42.028.000 euros. En ese plan de Ajuste se aplicaron reducciones en los presupuestos como un 8,9% en gastos de personal o un 3,3% en gastos corrientes. Por contra, aumentó un 106,7% la partida a gastos financieros y un 81% a transferencias a entidades municipales, con déficit en algunos casos.
Todo ello, ha situado al Ayuntamiento en un ratio de solvencia financiera que ha crecido del 1,1% al 1,7%. Sin embargo, el Tribunal de Cuentas se muestra claro en cuanto a la liquidez del municipio, que considera insuficiente, ya que pasó de los 15.747.000 en 2009 a los 6.617.000 en 2012. Por todo ello, el informe concluye con dos recomendaciones, orientadas tanto al corto como al largo plazo: «Debería adoptar medidas y reforzar los procedimientos de tesorería y de gestión recaudatoria con el objetivo de mejorar las ratios de liquidez inmediata de la entidad y eludir la realización de pagos fuera de los plazos previstos en la normativa. La entidad debería continuar la senda de medidas iniciada, de forma que pueda generar el ahorro bruto necesario para atender los vencimientos de la deuda y los gastos financieros que la misma genera».