Un apaño para la muralla

Casi un mes tardarán los operarios en reparar los daños que ha sufrido la muralla que rodea el casco histórico de Cádiz en la zona del Parque Genovés. Los trabajos comenzarán mañana y durarán, al menos, tres semanas. Se trata de una actuación de emergencia para tapar los grandes boquetes que ha originado la erosión del mar en el paño que está justo debajo el paseo de Santa Barbará, es decir, donde se abrió hece unos años un parking subterráneo y donde se construye ahora un bulevar hasta el Parador Atlántico. La Demarcación de Costas ha reconocido que la situación es grave en el paño afectado. Ante este panorama y con el ánimo de evitar males mayores, los técnicos han cortado por lo sano. La primera medida adoptada ha sido la colocación alrededor de la pared de una hilera de bloques de hormigón para amortiguar el impacto de las olas en la muralla. Sin embargo, esta decisión, aunque necesaria, ha provocado una fuerte polémica en la ciudad debido a su impacto visual. Un grupo de arquitectos ha llegado a sentenciar que se ha optado por la solución más barata para contener el deterioro de la pared. Los bloques han formado una escollera en la zapata de la muralla. Ahora Costas trata de arreglar el entuerto con una obra de calado. Se trata de la inyección de hormigón a los agujeros que presenta la pared. No será fácil. La Demarcación insiste en que se reconstruirá la zapata utilizando piedra ostionera pero, en ningún momento, se ha hablado de retirar los antiestéticos bloques de hormigón. La muralla, según los técnicos, quedará completamente asegurada a primeros de agosto.