ESPAÑA

Susana Díaz enseña los dientes al candidato vasco

«El aparato es lo que mantiene vivo al PSOE en los peores momentos», advierte la presidenta andaluza

MADRID. Actualizado: Guardar
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No hizo demasiado esfuerzo la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, la más poderosa de los dirigentes del PSOE, por ocultar su cabreo con Eduardo Madina. El candidato vasco pidió este fin de semana a la dirección del partido que diera a conocer de dónde venían cada uno de los avales recibidos por los tres aspirantes aún en liza, Pedro Sánchez, él mismo y el miembro de Izquierda Socialista, José Antonio Pérez Tapias, para que se viera a las claras, según dijeron en su equipo, que el grueso de la diferencia entre Madina (25.238) y Sánchez (41.338) se debe a la maquinaria andaluza y a los aparatos regionales organizados para vengar que se echaran por tierra sus planes de encumbrar a la 'reina del Sur' en un congreso tradicional y no de militantes. Y ahora Díaz está furiosa.

«No me gusta que nadie de mi partido tenga la tentación del PP de que el voto andaluz vale menos o que el andaluz no sabe lo que vota», advirtió en una entrevista en Onda Cero. Fue el primero de una andanada de mandobles contra Madina, al que a las claras afeó que en lugar de «generar discurso», como Pérez Tapias, al que los 'madinistas' creen que se han entregado firmas con la esperanza de que le arañe votos, se dedique a «cuestionar la procedencia de los avales».

Intentar ganar un congreso contra Andalucía, aunque sea de voto directo, no parece una tarea fácil ni práctica. Alfredo Pérez Rubalcaba lo hizo con un PSOE andaluz menos cohesionado en torno a su líder, José Antonio Griñán, que el actual. Y pagó las consecuencias. Ahora esta contienda ha hecho extraños compañeros de viaje porque en el apoyo a Sánchez confluyen verdaderos adversarios. Díaz, el valenciano Ximo Puig o el madrileño Tomás Gómez apoyaron a Chacón mientras que José Blanco, Antonio Hernando o Gaspar Zarrías y, es más, el propio diputado madrileño, constituyeron el ejército de Rubalcaba.

La esperanza de Madina es que se produzca una suerte de rebelión de las bases como supuestamente ocurrió en las primarias entre Joaquín Almunia y Josep Borrell. Pero Díaz no da puntada sin hilo. «Avalar -advirtió- es algo más fuerte que votar, es comprometerse, es dar tu palabra por otra persona». Y dijo más: «El aparato son los que abren las casas del pueblo en todos los rincones; es lo que mantiene vivo el PSOE en los peores momentos».