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ESPAÑA

Rajoy propone al PP una agenda de reformas políticas para recuperar terreno

Plantea la elección directa de los alcaldes y la reducción de aforados, pero descarta cambios en la Constitución

RAMÓN GORRIARÁN
MADRID.Actualizado:

El PP ha sido el último en reaccionar al revés de las elecciones europeas, y lo hizo con una propuesta de Mariano Rajoy para desarrollar «una agenda de mejora de la calidad de la democracia». Una iniciativa que se centraría en dos hitos, la elección directa de los alcaldes por los ciudadanos y una reducción del número de personas aforadas. La ofensiva regeneradora no incluye, en cambio, la reforma de la Constitución porque no existe consenso ni un objetivo claro sobre el alcance de la misma.

Rajoy reunió a su comité ejecutivo nacional después de aprobar una reforma fiscal que no satisfizo a sus barones territoriales y tras haber aplazado la reforma de la financiación autonómica, otra de las demandas de los presidentes autonómicos del PP para aliviar las arcas de sus gobiernos. Pero el líder del partido y presidente del Gobierno no puso sobre la mesa estas dos cuestiones, prefirió planificar la recta final de la legislatura con la mirada puesta en las municipales, autonómicas y generales del próximo año, unas citas, sobre todo las dos primeras, que causan desazón entre los barones del partido por sus dudosas expectativas.

Con el envoltorio de buscar medidas para «acercar la democracia a los ciudadanos y que sea más participativa», en palabras de Dolores de Cospedal, el líder del partido propuso una solución para un problema a once meses vista, las elecciones municipales, en las que el PP se juega el gobierno de muchas ciudades. Rajoy animó a sus dirigentes a «estudiar» la elección directa de los alcaldes en vez de que lo hagan los grupos municipales. Una medida que el propio Gobierno desechó en la reforma de la ley local pero que recupera ahora para primar al candidato más votado y evitar alianzas entre las fuerzas con menos respaldo.

Cambio en la ley

Con la elección directa del alcalde, para lo que habría que modificar la ley electoral, el PP tiene más posibilidades de asegurarse el control de las grandes ciudades y se evitaría el riesgo de acuerdos entre el PSOE e IU. Los populares, como norma general, solo logran gobernar donde tiene mayoría absoluta, y cuando no la tiene los pactos entre la izquierda les desalojan del poder, aunque sean la fuerza más votada.

Rajoy también vio bien la reducción de los 10.000 aforados existentes en España, una iniciativa que ya expuso el viernes la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría. En el debate parlamentario sobre el fuero para don Juan Carlos todos los portavoces defendieron la conveniencia de rebajar el número de personas que disfrutan de esa garantía, pero el PP rehuyó la cuestión. Ahora, aprobada en el Congreso y camino de hacerlo en el Senado la norma para aforar el exjefe del Estado, Rajoy animó a su partido a entrar en el debate.

A lo que no está dispuesto el PP es a abrir el melón de la reforma constitucional. Cospedal explicó que, «por principio», no se opone pero antes hay que cumplir unas «condiciones» que no se solventan con el entendimiento de los dos grandes partidos. «Tiene que haber -desgranó- un objetivo claro, debe haber un consenso claro, tiene que saberse cuáles son los retos y cuáles son las soluciones». Porque, prosiguió la secretaria general, «no se puede romper un consenso y un pacto como el de 1978. Hay que saber lo que tenemos antes que abrir pactos y consensos. Hay que tener las cosas muy claras».