Pedro Sánchez barre a Madina en las principales federaciones del PSOE
La recogida de avales evidencia que el diputado por Madrid sale en mejor posición para optar al liderazgo del partido
MADRID.Actualizado:Si Eduardo Madina pretendía endulzar su derrota y enfriar la victoria de Pedro Sánchez con la discriminación territorial de los avales recibidos para optar al liderazgo del PSOE, salió escaldado. El reparto por federaciones agigantó el triunfo del diputado por Madrid, que ganó en 12 de las 17 comunidades, mientras que el parlamentario vizcaíno venció en cinco, con el dato preocupante para sus intereses de que en algunas, como en Madrid, José Antonio Pérez Tapias, de la minoritaria Izquierda Socialista, estuvo casi empatado.
Sánchez parte en la 'pole position' en la carrera hacia la Secretaría General del PSOE que se abre el jueves. En el proceso de recogida de avales, el diputado por Madrid cosechó el 54% de las más de 76.000 firmas de apoyo que recolectaron los tres aspirantes; Madina se quedó en un 33% y Pérez Tapias, en el 13%. Desmenuzadas las cifras por territorios, Sánchez vence en las federaciones con mayor número de militantes, Andalucía, Comunidad Valenciana, Madrid y Castilla-La Mancha, pero también en Aragón, Baleares, Canarias, Castilla y León, Galicia, Navarra, País Vasco y La Rioja. El diputado vizcaíno obtuvo un triunfo claro en Extremadura y Murcia, y más ajustados en Cataluña, Asturias y Cantabria. Pérez Tapias siempre fue el tercero en discordia, aunque en Andalucía y Madrid estuvo cerca de Madina.
La victoria de Sánchez, que se declaró «encantado» por el recuento territorial, es bastante homogénea, aunque destaca la de un territorio sobre todos, Andalucía, la mayor federación del PSOE con gran diferencia sobre el resto y en la que logró más de la tercera parte de todas las firmas que recogió en España. Nada menos que siete de cada diez militantes andaluces se decantaron por el diputado y profesor universitario, mientras que el número dos del grupo socialista en el Congreso se tuvo que conformar con el 13% y el de Izquierda Socialista con el 11%. Hay un apunte apabullante: en Sevilla, Sánchez multiplicó por diez los avales que consiguió su principal contrincante.
En el entorno de Madina, sin embargo, se sostiene que su candidato «no se arrepiente» de haber reclamado en «aras de la transparencia» la territorialización de los apoyos, pese a que los datos son peores de lo que esperaban. Su equipo subraya que Sánchez venció en las federaciones cuyos barones estaban en la operación para encumbrar a la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, al liderazgo del partido con un congreso a la antigua usanza y sin voto de los militantes.
Una apreciación cierta ya que ganó en los territorios cuyos secretarios generales, con mayor o menor entusiasmo, secundaron la opción de Susana Díaz. Es, dicen los colaboradores del diputado vizcaíno, «una buena foto» de cómo se está librando la batalla previa al congreso socialista del 26 y 27 de julio, al que se llegará con un secretario general elegido por votación de la militancia dos semanas antes. Otra conclusión evidente es que los aparatos autonómicos y provinciales del partido se han volcado en su gran mayoría con Sánchez.
No se explica de otra manera que un perfecto desconocido para el gran público y para casi todo el PSOE hasta hace dos días, acumule ahora el apoyo expreso de más de la mitad de la militancia y de la mayoría de los líderes territoriales. El diputado por Madrid mantiene por activa y por pasiva que no es el candidato del aparato, pero no cuenta con que él sí es el candidato del aparato por expresa decisión de éste y sin contar, al menos en teoría, con su anuencia.
La factura
La baronía del partido y buena parte de la ejecutiva federal pasó la factura a Madina por su propuesta de un militante un voto para elegir al secretario general, un planteamiento al que ningún dirigente osó oponerse en público so pena de ser tachado de antidemocrático y de estar anclado en los viejos tiempos. Pero ese órdago, bendecido por Alfredo Pérez Rubalcaba, desbarató el plan urdido para encumbrar a Susana Díaz, que hubiera tenido que aceptar la aclamación y renunciar a la Junta de Andalucía.
Pero al margen de esta disputa por las alturas con reflejos en los subsuelos, la recogida de avales también ha servido en algunas federaciones para dirimir sus cuitas internas. Así por ejemplo en Asturias, el presidente del Principado, Javier Fernández, nunca escondió sus preferencias por Madina, un respaldo que debería haber garantizado una fácil victoria habida cuenta de que los socialistas gobiernan en la comunidad. Pero no fue así, el diputado vizcaíno ganó, pero la suma de firmas de apoyo a Sánchez y Pérez Tapias superó a las del diputado por Vizcaya. Un resultado fruto de la correlación de fuerzas en el quebradizo socialismo asturiano.
En los 'estados mayores' de ambas candidaturas coinciden en que una cosa es la recogida de firmas y otra el voto para el líder del partido. El PSOE acumula en su historia experiencias en los dos sentidos, candidatos que ganan en avales y pierden en la votación, y viceversa. La tradición también enseña que la base no siempre sigue a los dirigentes, pero a veces sí.