Los jugadores del Cádiz 1812 han ido de menos a más durante esta temporada. :: LA VOZ
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Entre el origen y la necesidad

El Cádiz 1812 culmina su primera temporada de vida con la ilusión puesta en el futuro

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Una ilusión es capaz de superar cualquier obstáculo. Un sueño puede derribar todas las murallas. El Cádiz 1812 nace como una ilusión, como un sueño, y aferrándose a ello sortea mil y una contrariedades que salen a cada paso. Este club cumple su primera temporada de vida compitiendo en la Segunda Provincial. Surgió como alternativa futbolística para todos aquellos jugadores de la capital que no tienen hueco en el 'profesionalizado' Cádiz CF pero desean seguir practicando este deporte a nivel aficionado. Recogiendo el testigo del desaparecido Deportes Romero, que incluso jugó en Primera Andaluza.

En este segundo plano, a la sombra de la sociedad de Carranza, se encuentra con luces y sombras. Entre las primeras, esta ciudad cuenta con un enorme arsenal de peloteros muy cualificados sin hueco en el conjunto amarillo ni en su filial, pero con aptitudes para jugar en categorías importantes a nivel aficionado. Estaban dispersos por distintas escuadras de la provincia (en Puerto Real, Vejer, etc) y este club de nuevo cuño ha querido reunirlos para que no tengan que salir de su tierra.

Pero entre los inconvenientes, los reconocidos a simple vista y los que se encuentran al poco de profundizar. A nivel de patrocinio es casi imposible encontrar apoyo en una Tacita en ruinas; el apoyo municipal va destinado al primer equipo de la ciudad; y las instalaciones públicas no permiten evolucionar por sus propias limitaciones. Precisamente aquí se encuentra el principal motivo de queja de sus rectores, pues el Consistorio no les permite cobrar entrada en el Manuel Irigoyen (ya que a su vez se pueden estar disputando otros encuentros en el Complejo) y tampoco disponen de taquillas para guardar el material deportivo.

No es una crítica, sino una realidad. Por ello, no es descartable que pese a llevar el nombre de la capital, la próxima campaña deban abandonar estos límites para jugar en campos cercanos como el del Río San Pedro de Puerto Real. Es el debate entre el origen y la necesidad.

Mientras continúan estudiando las distintas posibilidades (también podría cobrarse cuando jugaran solamente ellos las tardes de los domingos), Eduardo de la Pascua, vicepresidente y portavoz, resalta la «experiencia positiva» de este curso. «Se puede dividir en dos fases: la primera vuelta en la que pagamos la inexperiencia y el haber confeccionado la plantilla a última hora, y una segunda en la que se produjo un cambio de actitud, el equipo fue muy competitivo y por eso quedó en mitad de tabla». Comenzó con Manolo Colón en el banquillo, que fue sustituido por Juan Antonio Aragón y Mendi.

Una vez asentados, para el próximo año «el objetivo es subir de categoría y tener al equipo lo más alto posible, sin ponernos límites». De momento no generan recursos, se sostienen con las aportaciones económicas de la directiva, con las que pagan arbitrajes, desplazamientos y equipaciones, si bien quieren cerrar un acuerdo de patrocinio en estos meses.

«Nos gustaría meter al equipo en una categoría superior, como ya sucedió con Ciudad de Murcia, Granada 74 o ahora el Logroñés. No competimos con el Cádiz, del que somos aficionados, pero tampoco nos ponemos límites».

El proyecto toma forma en las mentes de esta directiva, encabezada por el presidente Juan Rojas, con la confianza de que Cádiz tiene materia prima, con muchos y buenos futbolistas, para contar con dos equipos de nivel en la ciudad. Ahora es cuestión de verle color.